Los beneficios de la lectura y unas cuantas curiosidades sorprendentes: en este artículo encontrarás algunos datos interesantes acerca de los libros, los amigos de nuestra mente.
Por Martina Bareni
Los beneficios de la lectura de los libros impresos, manuscritos misteriosos, lenguas extrañas, bibliotecas fuera de lo común y alguna curiosidad más: en este artículo encontrarás algunos datos interesantes sobre los libros, los amigos de nuestra mente.
Leer aporta muchos beneficios. La lectura provoca una gran estimulación cerebral. De hecho, la lectura implica a diferentes áreas del cerebro. De este modo, mejora significativamente la conectividad neuronal y favorece la plasticidad. En pocas palabras, todo esto significa que adquirir el hábito de la lectura mantiene nuestra mente reactiva, alerta y ágil.
No hay nada mejor que dormirse leyendo un buen libro. Leer antes de dormir es un hábito recomendado por muchos expertos. Los dispositivos electrónicos estimulan nuestro cerebro de forma «agresiva». Un libro impreso no emite luz azul y, por tanto, no interfiere negativamente en el ritmo circadiano. Una buena lectura favorecerá un sueño más profundo y, por tanto, reparador. Nuestra calidad de vida mejorará mucho con este hábito saludable.
¿Sabías que la lectura reduce el estrés? Cuando estamos inmersos en un libro que nos engancha, nos encontramos viajando a otra dimensión paralela, lo que aleja nuestra mente de las preocupaciones. Esto conduce inevitablemente a una drástica reducción de la ansiedad y el estrés.
Leyendo aumentamos nuestro vocabulario, nuestra forma de expresarnos mejora notablemente. Un conocimiento más amplio de los términos que utilizaremos en nuestras conversaciones nos permitirá comunicarnos con mucha más eficacia y, al mismo tiempo, aumentará nuestra capacidad de lectura y escritura.
Seguir tramas y comprender nuevos conceptos nos obliga a mantener en estado de alerta nuestra concentración durante más tiempo. Podríamos definirlo como un auténtico entrenamiento que, si se realiza de forma constante a lo largo del tiempo, mejora nuestra capacidad para concentrarnos en tareas complejas en distintos momentos de la vida.
Al leer, también conseguimos mejorar nuestra capacidad analítica, así como nuestra memoria, nuestra capacidad de atención y nuestro pensamiento crítico. Nos convertimos en pensadores más analíticos y, muy probablemente, también más creativos.
Pero eso no es todo. Leer aumenta nuestra materia gris, ya que conlleva un aumento de las conexiones neuronales. Al aumentar las sinapsis, aumenta la materia gris.
No todas las personas imaginan de la misma manera, y por lo tanto el contenido del mismo libro leído por dos personas diferentes puede verse o imaginarse de maneras muy diferentes. Depende de la personalidad, del carácter, pero sobre todo de que es casi imposible que nuestras mentes no funcionen de diferentes formas.
¿Cuántas veces nos hemos puesto en la piel de los personajes que hemos conocido en un libro? Además de poder visualizarlos de una determinada manera y hacernos una idea de cómo son, somos capaces de sentir empatía hacia ellos. Muchas veces, de hecho, experimentamos lo que sienten los propios personajes. De esta manera, obtenemos una mejora en nuestra capacidad intuitiva y conocimiento del entorno que nos rodea, adquiriendo la oportunidad de comprender mejor las señales emocionales de los demás.
Sabemos que estos son personajes de ficción, que no existen. Sin embargo, en nuestra mente cobran vida, les damos una forma real tanto a ellos como a los lugares descritos.
Es por ello que sentimos una sensación de tristeza y vacío cuando terminamos un libro. Porque hacemos de los personajes de los libros nuestros amigos. Los seguimos en su historia y sentimos las mismas sensaciones que ellos sienten.
A través de la lectura aprendemos a afrontar diversas situaciones. La lectura nos ayuda a comprender el mundo y verlo a través de nuevos puntos de vista.
Por supuesto, es ficticio, pero los libros están llenos de enseñanzas ocultas de las que se puede aprender mucho. Además de estimular nuestra empatía, los libros nos convierten en personas más comprensivas y capaces de entender a los demás. Por tanto, si los libros nos ayudan a comprender mejor el mundo y a sentir empatía por los demás, significa que tienen una influencia positiva en nosotros, de la cual podemos obtener innumerables beneficios en nuestra vida cotidiana.
Una curiosidad sobre el mundo de los libros impresos: un ejemplo virtuoso a seguir es sin duda el de la biblioteca nacida de los residuos, en la ciudad de Ankara. De hecho, en las calles de la ciudad turca, es posible encontrar una biblioteca muy especial. Se trata de una biblioteca que recoge todos aquellos libros que en su día fueron destinados al cubo de la basura. Situada en el barrio de Çankaya, se creó gracias al esfuerzo de los operarios de residuos (basureros), que recogieron libros durante meses.
Al principio, los libros recogidos se destinaban únicamente a los empleados y a sus familias. Sin embargo, con el paso del tiempo y la creciente popularidad de la colección, la biblioteca se abrió al público. En la actualidad, la biblioteca cuenta con más de 6.000 libros, con una sección especial dedicada a los niños y toda una parte dedicada a la investigación científica.
Los libros se prestan no sólo a los lectores, sino también a escuelas, programas educativos e incluso institutos penitenciarios. De este modo, se convierten en herramientas de aprendizaje y crecimiento para toda la comunidad.
Otras curiosidades acerca de los libros.
Uno de los libros más misteriosos de todos los tiempos es el “Manuscrito Voynich”: un volumen ilustrado de 204 páginas, escrito a mano en pergamino, a principios del siglo XV. Lo extraño es el idioma utilizado, que no se parece a ninguna lengua conocida. Hasta la fecha de hoy, nadie ha sido capaz de descifrarlo.
La novela más larga del mundo es “En busca del tiempo perdido”, de Marcel Proust. Con más de cuatro mil páginas y más de un millón de palabras, está dividida en siete volúmenes que se publicaron entre 1913 y 1927. Un must que, por supuesto, desde Slocum recomendamos.
Entre los muchos volúmenes raros que se conservan en la biblioteca de la Universidad de Harvard (EE UU) hay uno que es único: “De los destinos del alma”, una colección de versos del poeta francés Arsène Houssaye. Publicado en 1880, está encuadernado ¡en piel humana! “Un libro sobre el alma del hombre merece una portada humana», rezan las notas del volumen. Una frase que incitó a los expertos de Harvard a analizarlo a fondo. Y es que, a diferencia de otros dos libros examinados anteriormente en los que la piel resultó ser de cabra, «Destinées de l’ame» estaría realmente encuadernado en piel humana.
Una práctica, la de encuadernar en piel humana, conocida como «bibliopegia antropodérmica» que se remonta al menos al siglo XV, y que no es nada rara: algunas personas la utilizarían para conmemorar a los muertos.
¿El libro más caro? El Códice Leicester de Leonardo da Vinci. Fue comprado por Bill Gates en 1994 por una cantidad que hoy rondaría los 50 millones de dólares.
El libro más pequeño del mundo, legible sin lupa, se encuentra en la Biblioteca Malatestiana de la ciudad italiana de Cesena. Impreso en Padua, en 1897, mide 15×9 mm y contiene una carta de Galileo Galilei a Cristina de Lorena, en la que el científico sostenía que la teoría copernicana no estaba reñida con la fe.
¿La novela más antigua del mundo que ha sobrevivido intacta hasta los tiempos modernos? Data del año 123 d.C. Titulada “Las aventuras de Cherea y Calíroe”, de Caritón de Afrodisia, narra la historia de dos jóvenes amantes de Siracusa (ciudad italiana ubicada en la isla de Sicilia).
¿Has oído hablar alguna vez de un lipograma? Es un texto literario en el que pueden aparecer todas las letras del alfabeto menos una, a elección del autor. El escritor francés Georges Perec (1936- 1982) consiguió escribir una novela de más de 300 páginas sin utilizar jamás la «e».
¿Los tres libros más leídos del mundo? La Santa Biblia, El pequeño libro rojo de Mao y Harry Potter.
La mayor biblioteca del mundo es la British Library de Londres, que alberga unos 170 millones de volúmenes. En el mundo antiguo, sin embargo, la primacía correspondía a la de Alejandría, en Egipto, con unos 490.000 manuscritos. Se perdieron durante las destrucciones de los siglos I y VII d.C.
La primera librería ambulante empezó a circular en Inglaterra en 1857. Consistía en una caravana tirada por caballos que transportaba y distribuía libros en el condado de Cumbria.
¿Qué tienen que ver los libros con los árboles? Mucho, si se piensa que el papel está hecho de celulosa, que se obtiene de los árboles. Pero, hay otra afinidad: los latinos llamaban liber a la parte interna de la corteza, que antaño se utilizaba como material de escritura.
¿La librería más antigua del mundo? La Bertrand, en el barrio portugués de Chiado, en funcionamiento desde 1732. Hoy es una cadena presente en todo Portugal.
Mientras que la biblioteca más antigua del mundo aún en funcionamiento es la del monasterio de Santa Catalina, a los pies del monte Sinaí. Se inauguró en 567 d.C. y cuenta con volúmenes tan raros que la sitúan, en cuanto a importancia, justo detrás de la del Vaticano.
¿Cómo encontrar cualquier libro en cualquier librería del mundo, aunque no recuerdes el autor ni el título? Fácil, basta con conocer el ISBN (International Standard Book Number). Se trata de una serie de 13 dígitos que codifica cada libro de forma única.
En 2010, fue devuelto a la New York Society Library un libro prestado a George Washington en 1789, la biblioteca más antigua de la ciudad. Por el retraso de 221 años, los herederos del presidente estadounidense hubiesen tenido que pagar una multa de 300.000 dólares que, sin embargo, fue perdonada.
El “Índice de Libros Prohibidos”, instituido por el Papa Pablo IV en 1558 (derogado en 1966), fue una lista de publicaciones consideradas perjudiciales para la fe, que los católicos no debían leer.
Y para concluir, con un toque de humor y sabiduría, recordamos lo que en una ocasión dijo Groucho Marx: Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro.
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