LOS SENTIDOS DE LA MODA

Un largo viaje por la historia, los estilos y las curiosidades que las amantes del (verdadero) estilo deberían conocer.

Por Zoe Magdalena Galán


Definir lo que significa el concepto de “Moda” en pocas palabras puede resultar bastante difícil, ya que estamos acostumbrados a interpretarla como algo visual. Sin embargo, detrás de cada atuendo, de cada costumbre, se esconde algo más intrínseco.

La moda puede definirse como un fenómeno social que busca la afirmación personal, en un momento histórico determinado, en una zona geográfica determinada, dentro de una cultura determinada, con modelos de comportamiento y estéticos que pretenden hacernos sentir parte de un grupo o de una colectividad.

La moda es el distintivo para reconocernos como parte de un círculo de personas. Pero,  también, algo que nos diferencia de otros grupos.

La moda es también espectáculo y magia; sorpresa, provocación, revolución, afirmación, celebración. Y, a veces, arte.

¿Estamos seguras de conocer el significado exacto de le que representa la moda? Con este artículo de la revista Slocum queremos adentrarte en un mundo de historia, estilos, tejidos, transgresiones, costumbres, ideas y comportamientos.

La moda nació de una necesidad, ya que inicialmente los seres humanos no llevaban ropa. Se puede decir que la moda nació de la necesidad de cubrirse para resguardarse del frío y de las inclemencias del tiempo. Las primeras prendas fueron pieles y cueros de animales, pero con el paso del tiempo, la moda adquirió un papel diferente, pasando a formar parte de la sociedad; convirtiéndose en una forma de distinguir clases sociales y tareas.

Todos los días oímos hablar de moda, en la televisión, en los periódicos, en las redes sociales; a menudo oímos hablar de ella incluso indirectamente en contextos que parecen ajenos al tema. Porque la moda es pasajera, algo que se convierte en popular en un momento determinado, algo que da que hablar. Y, aunque abarca varios temas, este término se acuñó principalmente para la industria de la ropa.

Pero la moda también puede abarcar otros ámbitos e incluso puede ser la definición de ciertos comportamientos o acciones que decidimos realizar a diario: «porque están de moda».

¿Cuándo nació la moda? Hablemos de su historia. Y hagámoslo resumiendo un poco, porque la historia de la moda está llena de anécdotas y datos curiosos que sería imposible resumir en un solo articulo. Y, probablemente, para abarcarlos todos, no sería suficiente un solo libro.

Entendiendo la moda como una forma de cubrir el cuerpo, tenemos que comenzar la historia desde el Paleolítico, cuando nuestra especie, también más conocida como Sapiens Sapiens, comenzó su evolución, empezando a utilizar las pieles y pellejos de los animales que mataban para cazar para cubrirse y resguardarse de las heladas.

A esto siguieron las primeras costuras de pieles, utilizando como agujas cuñas hechas con el marfil de los animales. Por tanto, la moda surgió de una necesidad: la necesidad de abrigarse del frío; nos adaptamos encontrando soluciones para resolver el problema.

A lo largo de los siglos, la ropa ha adquirido un carácter más poético e intrínseco, convirtiéndose en una expresión de nuestra personalidad. La búsqueda de la belleza y el deseo humano de representar, a través del estilo de la moda y el color, algo más profundo.

Ya en la época del hombre de Neandertal, la gente se pintaba el cuerpo con pinturas, lo adornaba con conchas u otros objetos porque surgía una necesidad diferente. Podemos tomar el ejemplo de los pueblos indígenas, que tienen costumbres muy peculiares: adornarse el cuerpo para resaltar la importancia de una determinada persona dentro de la comunidad a la que pertenece.

Está claro que la moda no consiste sólo en elegir una prenda determinada, sino en elegir una prenda que tenga una función simbólica, algo que vaya más allá del mero hecho de abrigarse del frío.

Un paso muy importante para la moda se produjo con la primera creación de tejidos: los primeros telares se construyeron durante el Neolítico. Pero, la verdadera evolución del tejido y la confección de ropa tuvo lugar con las civilizaciones mesopotámicas: los babilonios, sumerios y asirios dieron un gran avance al tejido, creando las primeras prendas que eran verdaderas túnicas. Los sumerios inventaron las mangas; la prenda más utilizada de aquella época era una especie de bata de manga corta que se sujetaba con un cinturón tejido a la cintura. Otra evolución se produjo cuando los pueblos asirio-babilonios empezaron a crear los primeros tintes, creando verdaderos tejidos de colores. Más tarde se produjo otra revolución que marcó la historia de la moda, y tuvo lugar en Persia. Persia fue uno de los principales protagonistas de la evolución de la indumentaria, ya que los persas descubrieron el uso de la seda. Fueron ellos quienes confeccionaron el verdadero vestido completo: pantalón, cinturón y túnica.

Los egipcios, en cambio, eran muy tradicionalistas y sólo confeccionaban ropas de lino muy ligeras, ya que consideraban impuras las prendas de origen animal. Las clases sociales no se distinguían por el uso de la ropa, sino por otros símbolos: a los egipcios les encantaba adornarse con joyas, cinturones brazaletes y otros ornamentos. Era un pueblo muy cuidado que dio un fuerte impulso a la moda y la belleza.

Con la civilización griega, en cambio, hubo una nueva forma de entender el vestido, que representaba el refinamiento y la elegancia. La cultura griega se representaba con vestidos blancos, largos y casi idílicos.

Con la llegada del Imperio Romano nació la toga, es decir, una capa que se colocaba en el brazo. Sin embargo, en la misma época se creó también la estola, que no es la prenda que entendemos ahora, sino una verdadera túnica hasta los pies.

Demos un salto en el tiempo y vayamos hasta el Renacimiento, que juega un papel muy importante, ya que supone una auténtica revolución en el antiguo mundo de la moda.

Italia se convirtió en el centro artístico, pero también cultural más poderoso del mundo, contaminó de arte y espesor cultural a todo rincón de occidente. Italia contaba en aquella época con las poderosas cortes de Florencia, Venecia, Milán, Ferrara, Verona y Roma (entre muchas otras), en las que las familias nobles quisieron impulsar un cambio magnifico en diversos aspectos: economía, arquitectura, derecho, arte… Y también moda. Comenzaron a crearse clases burguesas y la ropa se entendía como distinción entre las distintas clases, indicando así el estatus social. Comenzó la rápida difusión de los cosméticos y a la moda se unió la belleza.

Con la llegada del Barroco, los vestidos empezaron a ser cada vez más opulentos, ricos en volantes y tejidos más preciosos. Los vestidos de las mujeres de la nobleza estaban muy adornados y podían pesar hasta diecisiete kilos.

La Revolución Francesa trajo consigo el nacimiento del Habit-chemise, o vestido femenino tal y como lo entendemos hoy. El Romanticismo introdujo las mangas à gigot, o mangas jamón. Con la Belle Epoque, por primera vez surgió la necesidad de vestir a las mujeres con vestidos muy sensuales en forma de S que dejaban ver sus curvas.

Tras el final de la Primera Guerra Mundial nació la Alta Costura, que dio un estilo más sencillo a la ropa. Tras la Segunda Guerra Mundial, la moda femenina cambió radicalmente, pasando a llamarse moda «à la garconne», ya que las mujeres llevaban vestidos de inspiración masculina y el pelo corto; y con la llegada de Gabrielle Chanel nació el primer traje de mujer.

En la posguerra, la moda pasó a un segundo plano, pero fue en 1951 cuando nació en Florencia la moda italiana. El refinamiento y los tejidos finos representaron el estilo icónico de una patria que sigue destacando en el mundo de la moda como el país que más ha sabido crear estilo y elegancia. No es casualidad que (y no sólo en el sector de la confección) el “Made in Italy” sea la marca más copiada y falsificada del mundo.

En los años sesenta y setenta, especialmente en la costa oeste de Estados Unidos, y concretamente en California, estalló un sentimiento de rebeldía: aparecieron la moda hippy y folk; en 1964 un joven diseñador estadounidense inventó lo que se consideraba una forma real de escapar de los cánones dictados por la sociedad: la minifalda. Un must atemporal.

Los años ochenta volvieron a ver a Italia como protagonista mundial de la moda, ya que los diseñadores más importantes llevaron el Made In Italy a la cima del éxito: Armani, Dolce&Gabbana, Gucci, Missoni, Valentino, Prada, Moschino, Trussardi; Milán se consolidó como capital mundial de la moda.

También en los años 80, estalló en el Reino Unido una moda más rebelde: el punk. Un estilo en contra de los patrones tradicionales, que buscaba la máxima transgresión. Y que “afectó” de forma impactante a todas las artes, con ápices de éxito mundiales en el ámbito de la música.

La moda ha tenido un largo y fascinante recorrido, compuesto por diferentes historias, estilos y hábitos que representaban lo que una determinada cultura estaba viviendo en ese momento concreto de la historia. Incluso hoy en día, la moda evoluciona constantemente, aunque los cambios más drásticos parecen haberse producido ya y algunos estilos vuelven de forma cíclica. Por eso esperamos que este siglo sea recordado en un futuro por la rápida evolución de una nueva forma de interpretar la moda: la moda sostenible.

La moda expresa nuestra personalidad y los aspectos más íntimos de cada uno de nosotros. Se dice que nuestra forma de vestir es una tarjeta de visita y define cómo nos interpretan los demás, o lo que representamos en la sociedad. Pero, ¿qué son los estilos de moda? Descubrámoslo juntas.

Estilo romántico y bon ton: los estampados florales y los colores pastel son una auténtica seña de identidad de este estilo, apto para todas las edades, en el que reina la sencillez, las líneas suaves y limpias;

Estilo vintage: es el estilo que evoca años pasados, pueden ser los iconos de los años cincuenta o sesenta, hasta los noventa;

Estilo punk rock: decididamente rebelde y poco convencional, este estilo está representado por el predominio del color negro, las tachuelas y los objetos ornamentales agresivos. Es un estilo utilizado principalmente por músicos y actores en los años ochenta;

Estilo pin-up: estilo que recuerda a las divas de los años 50, se caracteriza por los estampados de lunares, los vestidos escotados en los que se exhiben las formas femeninas, combinados con el omnipresente pintalabios rojo;

Estilo grunge: es el clásico look rebelde en el que están presentes las cazadoras vaqueras, los accesorios punk y los anfibios;

Estilo gótico: no confundir con el estilo punk, éste tiene una referencia a la ropa de la época victoriana, pero el color favorito es sin duda el negro;

Estilo andrógino: inspirado en la ropa masculina, nació en la década de 2000 y representa la emancipación de la mujer. Predominan las chaquetas y los vaqueros boyfriend;

Estilo bohemio o boho chic: es un estilo que sólo se lleva en verano o primavera porque incluye todos esos vestidos suaves que tienden a ser frescos, vaporosos y florales;

Estilo étnico: un estilo maravilloso que recuerda conceptos más tribales o brillantes, procedentes de África, algunas partes de Oriente y Sudamérica, los estampados geométricos, los colores tierra y las referencias a la ropa tribal son el punto fuerte de este look;

Estilo glam: el estilo glamuroso, sofisticado y con clase, indicativo de lujo y alto prestigio, con vestidos de corte clásico y tejidos sofisticados;

Estilo sporty glam: el look clásico que es una mezcla de ropa elegante y casual, éste es sin duda el estilo más popular hoy en día.

Hablemos ahora de la actualidad. La moda de hoy en día ha tomado un camino totalmente diferente con respeto al pasado; de hecho, hay mucha más democratización en lo que a ropa y accesorios se refiere.

Gracias a una mentalidad más abierta, se acepta lo «diferente», hay una mezcla de looks y estilos que aportan valor a nuestra sociedad. Hay un deseo de descubrir diferentes culturas y costumbres de otros pueblos.

La moda está en constante cambio y esto se debe también a la llegada de las redes sociales, que desempeñan un papel muy importante en nuestra vida cotidiana. Los que en marketing llamamos «influencers» han adquirido un papel predominante en la elección de la ropa, influyendo en mujeres y hombres de todo el mundo. Aunque las modelos que pasean por Milán, París, Londres, Tokio y Nueva York, siguen luciendo interesantes mezclas de las mejores piezas y accesorios encontrados en mercadillos.  Y siguen inspirándonos a través de las fotos que encontramos en las revistas o cuando las cruzamos en la calle.

Si antes la moda se veía como algo privilegiado, ahora está sin duda al alcance de todos. Rara vez la ropa se confecciona a medida con tejidos finos y de alta calidad. En la vida cotidiana se prefieren las prendas de confección industrial, muy a menudo de baja calidad. Es suficiente con pensar en la rápida difusión de la moda rápida, la llamada fast fashion, y la moda de bajo coste. La ropa de moda se compra muy fácilmente, pero se cambia con la misma rapidez. El trabajo de sastrería de antaño se ha convertido en un trabajo de nicho, demandado por unos pocos, mientras que el prêt-à-porter parece ser el único camino a seguir, dado el gran número de prendas que necesitamos o, mejor dicho, que la masa se ha acostumbrado a consumir, más allá de las reales exigencias o de la utilización que se va a ser de las prendas que compramos y que, demasiado a menudo, acabamos acumulando en nuestros armarios.

Hablamos de Pronto moda y Prêt-à-porter: analicemos juntos cuáles son las diferencias. Las expresiones Pronto moda y Prêt-à-porter son polos opuestos y representan dos maneras completamente distintas de vivir la moda y de hacer ropa.

Pronto moda significa producir prendas a medida sólo en determinadas épocas del año, basándose en las modas de una determinada temporada. Es lo que ocurre con las marcas de lujo, que presentan sus colecciones cada seis meses durante la Semana de la Moda.

Prêt-à-porter: es lo contrario. Traducido literalmente, significa «prêt-à-porter» y no es ropa hecha a medida, sino prendas con medidas (tallas) estándar.

El Prêt-à-porter es, sin duda, la consecuencia de la industrialización, que impone la necesidad de llevar cada vez más ropa y de sustituirla con facilidad. La ropa de bajo coste producida industrialmente se fabrica con materias primas pobres y suele tener poca longevidad. Además de esconder en unos cuantos casos la tragedia de muchas personas que trabajan en condiciones inhumanas y a bajo coste, en sistemas de producción que implican algo muy parecido a lo que podríamos definir como esclavitud.

La moda ha tenido un largo recorrido, compuesto por diferentes estilos y costumbres, según la cultura y la historia de cada época. Aunque hoy en día es más fácil encontrar ropa asequible, por desgracia también se ha perdido la calidad y la longevidad de las prendas a medida. En cualquier caso, la moda es una forma de expresar nuestra personalidad, y lo que esperamos es que sea cada vez más democrática, asumiendo el papel de hilo conductor entre las diversas culturas sin dejar a nadie atrás, pero con la vista puesta en el impacto medioambiental y social, algo que todavía falta en la moda contemporánea.

Para la revista Slocum, la sostenibilidad es un tema muy importante. De hecho, Slocum Magazine es una publicación fiel a sus valores y comprometida con ellos, no solo por un principio ético que guía y regula la actuación de cada uno de los que componen a su equipo (como ciudadanos y actores sociales), sino también por el reto hacia un nuevo modelo de negocio más sostenible.

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