¿QUÉ HACE QUE UNA PERSONA SEA SENSUAL?

Sensualidad: encanto, complacencia en los placeres sensibles, tanto en los de la esfera erótica, como en todos los demás que ofrece la sensibilidad, desde los más simples hasta los más refinados, incluidos aquellos estéticos.

Por Joana Cachoeira Machado


En este artículo hablamos de la sensualidad, una forma de habitar positivamente el cuerpo, a través del placer, la alegría, el disfrute y la celebración. Vamos allá.

Lo primero: ser sensual no es algo obligatorio. Eso sí, si te interesa el tema o te apetece potenciar tu sensualidad, sigue leyendo. La sensualidad se desencadena gracias a todo lo que te hace sentir bien mental y físicamente y hace que todo tu ser esté en calma y en armonía: los factores esenciales para ser sensual son el amor propio y la autoestima. Cuando te miras al espejo, ¿en qué medida te aprecias? ¿Hasta qué punto te tienes en alta estima? No lo olvides jamás: sensualidad y confianza van de la mano: ama y adora tu cuerpo, brilla e irradia al mundo con tu luz.

Pero, ¿cuál es la mejor forma de potenciarla? Sin duda, la lencería desempeña un papel muy importante en este mecanismo. Sin embargo, la sensualidad, es mucho, muchísimo más que lencería. Empezamos con el distinguir las diferencias entre sexualidad y sensualidad. La sexualidad y la sensualidad tienen mucho en común, pero no son lo mismo. La definición de “Sexual” es algo bastante sencillo: cuando la gente habla de actividad sexual, suele referirse al proceso de intimidad física entre personas que dan su consentimiento. Sin embargo, a veces se confunde la idea de ser «sensual» con ser sexual. Ser sexual implica prácticamente siempre ser sensual. Por otro lado, ser sensual no implica necesariamente ser sexual: el concepto tiene un significado mucho más profundo de lo que uno podría pensar en un principio.

La sensualidad es la base de cómo experimentamos nuestro cuerpo, otros cuerpos y el mundo que nos rodea. La sensualidad es una forma de habitar positivamente el cuerpo, a través del placer, la alegría, el disfrute y la celebración. Disfrutar de tu cuerpo puede ser incluso un acto revolucionario, cuando no te sometes a otra persona, y eres dueña de tu placer y de tu tiempo.

Las conversaciones sobre la feminidad son habituales en la vida cotidiana y muchas personas utilizan la palabra «femenino» para describirse a sí mismas y a los demás. Pueden equiparar la feminidad con ser una mujer que encarna características como ser cariñosa, sensible o dulce. Pero la feminidad no puede entenderse como un conjunto fijo de rasgos esenciales que caracterizan a todas las mujeres. Cuando se examinan en su conjunto, las expresiones individuales de la feminidad revelan patrones distintos. Estos temas se refuerzan en diversas instituciones sociales como los medios de comunicación, la educación, la religión, el deporte… El estudio de estas formas institucionales permite ver cómo las ideas sobre la feminidad representan un concepto mucho más amplio que simplemente maquillarse y llevar tacones altos mientras se sonríe tímidamente sentadas con las piernas cruzadas. La feminidad es una ideología socializadora que define y organiza formas materiales de vida, sobre todo prácticas relacionadas con el género y las relaciones sexuales.

El uso de la terminología «masculinidad» y «feminidad» permite crear una distinción de género dentro de las sociedades basada en el sexo y, por lo tanto, ser femenino no significa ni ser sexual ni ser sensual: su concepto está relacionado con todas aquellas actitudes generalmente asociadas al comportamiento de un ser humano de género femenino. La sensualidad, por el contrario, no conoce distinción de género. Incluso un hombre puede expresar toda su sensualidad a través de sus sentidos y su comportamiento.

En esencia, la sensualidad no es necesariamente innata. También podemos desarrollarla con el tiempo, practicando la confianza en nosotros mismos y alimentando el amor propio, que a menudo puede flaquear debido a los acontecimientos de la vida.

Por eso, si es posible entrenar la confianza en uno mismo, es importante tener a mano algunos consejos útiles, que podrás poner en práctica fácilmente para entrenar y cultivar tu autoestima y convertirte en la mujer sensual que mereces o que quieres ser.

No hay regla más importante que ésta: si te miras al espejo y te sientes única y en paz contigo misma, podrás manifestar tu sensualidad. Complacerte a ti misma es la primera regla para gustar. Trabajar la confianza en ti misma es el paso más importante que toda mujer debe dar cada día. Ten confianza en ti misma, nunca mires hacia abajo y mantén la cabeza alta.

Algunas características clave de una autoestima sana son: una sólida comprensión de tus propias capacidades; la capacidad de mantener relaciones sanas con los demás como resultado de tener una relación sana con uno mismo; contar con unas expectativas personales realistas y adecuadas; la comprensión de las propias necesidades y la capacidad de expresarlas. Afortunadamente, existen medidas que se pueden tomar para abordar los problemas relacionados con la autopercepción y la confianza: ser más consciente de los pensamientos negativos y aprender a identificar los pensamientos distorsionados que afectan a la autoestima. Desafía los patrones de los pensamiento negativos: cuando te veas atrapada en pensamientos negativos, intenta contrarrestarlos con pensamientos más realistas o positivos. Utiliza el diálogo interior positivo: practica recitándote afirmaciones positivas.

Amar tu cuerpo es el paso más importante para llegar a ser sensual. Por mucho que te cuides, todo será en vano si antes no te enamoras de ti misma.

Acepta todos los defectos y todo lo que consideres una imperfección. En cuanto a tus puntos fuertes, haz que sean aún más excepcionales: tu cuerpo es importante, cuídalo. Haz lo que haga falta para sentirte única: adora tu cuerpo con el respeto que se merece.

La sensualidad incluye el amor propio. Ser amable con uno mismo es una necesidad importante a tener en cuenta a la hora de vivir mejor. Abrázate con cariño, asegúrate de que eres consciente de lo mucho que te quieres. Siéntete muy orgullosa de tus victorias y de cada esfuerzo realizado. Incluso cuando fracases, recuérdate lo poderosa que eres. Mímate con regalos dulces, citas contigo misma y comidas deliciosas siempre que quieras. Sobre todo, recuerda confiar siempre en ti misma. Toma nota deliberadamente de todo lo que ocurre a tu alrededor: presta atención a los sonidos, a la naturaleza y la belleza. Sé testigo de tus pensamientos y céntrate en elevarte. Tú tienes el control de tus pensamientos. Y permítete también sentir placer: te lo mereces.

En fin, ten confianza en ti misma, quiérete profundamente. Eres única.

Hablamos ahora de postura, ya que mantener una postura adecuada puede elevar mucho la sensualidad que desprende una persona. Para tener una postura que realce nuestras formas corporales, hay que prestar atención a las siguientes “reglas”: siéntate correctamente. Mantén la espalda recta, apoya los brazos a lo largo del cuerpo, y así también te sentirás cómoda. Nadie podrá resistirse a la gracia que sabemos transmitir las mujeres. Eso sí, si no hay nadie que te vea, échate desenfrenadamente en el sofá y no te preocupes por los modales.

Cuidado con cruzar las piernas: recuerda siempre este punto. Sobre todo, si tienes que llevar faldas cortas o vestidos ajustados. El riesgo es revelar demasiado a los ojos del espectador y esto tiene muy poco que ver con la sensualidad.

Mantente erguida y con la cabeza alta: a menudo, mantener la mirada baja, los hombros estrechos o los brazos cruzados son sinónimos de falta de confianza y baja autoestima. Por eso, hay que evitar a toda costa estas posturas, para no dar una impresión equivocada de nosotras mismas. Ábrete al mundo con orgullo. Muestra sin miedo quién eres. Vales mucho.

La celebre, icónica, maravillosa, inolvidable actriz Audrey Hepburn afirmaba que «una sonrisa es el accesorio más hermoso que puede llevar una mujer». Una sonrisa puede ser un arma de sensualidad invencible. Es imposible no enamorarse de una persona capaz de hacernos disfrutar y sentir bien en todo momento. No hay sensación más mágica que sentir y compartir la felicidad de un instante, destinada a perdurar para siempre en nuestros recuerdos. Expresa siempre tus emociones: no te avergüences, nunca reprimas tus sonrisas, no temas sonrojarte. Recuerda, ya que es muy importante: la ternura también puede ser muy sensual.

Elegir la ropa interior adecuada para realzar tus curvas y formas dará a tu silueta ese toque extra de sensualidad y sofisticación. Recuerda siempre que la ropa interior se creó para aportar al cuerpo femenino elegancia y seducción, sin olvidar ese toque de bienestar y comodidad. Tanto si se trata de una cita elegante como de un encuentro muy, muy especial, presta especial atención a la ropa interior que llevas. Sólo si es la perfecta, la que refleja esos lados más íntimos de tu personalidad, conseguirás potenciar tu sensualidad. Si te interesa profundizar en este tema, te recomiendo este otro articulo de Slocum Magazine: LENCERÍA: DESCUBRE CUÁL ES EL MEJOR ESTILO

La historia está llena de ejemplos de mujeres sexys, intrigantes, inteligentes y fascinantes, cuya elegancia, encanto y sensualidad las han convertido en auténticos iconos. Pero veamos cuáles son las mujeres más sexys según los hombres y la ciencia. Empecemos diciendo que son las que tienen una cara sencilla. Y te explicamos por qué.

¿Te has preguntado alguna vez qué es lo que hace que una mujer sea realmente irresistible a los ojos de un hombre? Ni tacones, ni medias de rejilla, ni escote exagerado. Un estudio realizado por la Universidad de Queensland reveló que lo que hace verdaderamente atractivas a las mujeres son los rostros sencillos.

Durante la investigación, se pidió a los hombres participantes que calificaran los rostros de diferentes mujeres. ¿El resultado? Los rostros con rasgos más lineales y simétricos fueron votados como los más sexys y agradables, ya que resultaban más fáciles de procesar para el cerebro masculino. Según un algoritmo desarrollado por los investigadores, las mujeres más atractivas tenían rasgos que se procesaban más fácilmente en el córtex visual. El estudio en cuestión también tuvo en cuenta factores relacionados con la edad de la mujer, la rugosidad de la piel y la simetría facial, con el objetivo de garantizar la exactitud de los resultados.

Sin embargo, sencillez no es sinónimo de banalidad. No es casualidad que muchos científicos, por ejemplo, afirmen que algunas personas deben su encanto a la simetría de su rostro. El profesor Bill von Hippel, que dirigió el estudio, afirmó que la investigación subraya la posibilidad de que los rostros simétricos, sin rasgos inusuales, se perciban como más atractivos en parte porque son más fáciles de descodificar. De hecho, las imágenes, los símbolos y los elementos sencillos son también los que más se nos quedan grabados en la mente. Como un emoticono, que con dos puntos y una línea curva nos permite procesar inmediatamente una sonrisa. Es sencillo, es familiar y es comprensible; estimula en nosotros sentimientos positivos.

Los resultados del estudio también respaldan los recientes avances de la psicología y la neurociencia sobre las preferencias estéticas y la codificación de los estímulos relacionados con ellas. En definitiva, a la hora de decidir lo que nos gusta o disgusta, nuestro cerebro ya ha elegido antes que nosotros, estando programado para preferir unas caras antes que otras. Por tanto, podemos afirmar que, a menudo, la verdadera sensualidad, el encanto y la verdadera belleza residen en la sencillez.

Hablemos ahora de qué parte del cuerpo se considera más sexy en el mundo. Existe una geografía de la sensualidad, y cada pueblo del mundo tiene su propio ranking de gustos. Cada cultura ha interpretado sus cánones estéticos de forma diferente. Se refieren, por supuesto, sobre todo a la belleza femenina, pero tampoco excluyen la masculina, e incluso pueden ser opuestos según el lugar donde se viva.

He aquí algunas de las peculiaridades estéticas más curiosas consideradas sexys en diversas partes del globo. Los labios carnosos son apreciados en casi todo el mundo, tanto en hombres como en mujeres, pero para las tribus etíopes Surma y Mursi, las proporciones ideales son peculiares: las mujeres se aplican un disco de arcilla en la parte inferior, una especie de platillo que cada vez se hace más grande, señalando así su grado de madurez sexual.

En la tradición birmana y tailandesa, las mujeres llevan desde la infancia una hilera de anillos de latón alrededor del cuello, cada vez más numerosos con el paso de los años, para alargarlo. Esta peculiaridad se considera un signo de gran encanto, aunque crea bastantes problemas de postura. En la cultura occidental contemporánea, en cambio, el bronceado figura entre los cánones de belleza más comunes, siempre que no sea demasiado intenso, algo que es todo menos que sexy. Pero en varias partes de Asia, como China, Japón, Tailandia y Corea, es todo lo contrario: protegerse del sol y aparecer con la piel blanca, para las mujeres, es un signo de extremo encanto.

El trasero es tal vez la parte del cuerpo con mayor número de admiradores en vastas porciones del globo, especialmente en Brasil, nación donde su «redondez» figura entre los símbolos de belleza y seducción más apreciados por las mujeres. Más que una imperfección que ocultar, para los hombres y mujeres de diversas culturas del África subsahariana (como la tribu etíope de los karo) las cicatrices, visibles en todo el cuerpo y a menudo autoproducidas, son el non plus ultra de la belleza.

Estar delgado no siempre es una virtud: en algunas partes de África, por ejemplo, las chicas con sobrepeso son especialmente apreciadas. ¿La razón? Esta peculiaridad física es signo de bienestar y, por tanto, las chicas «más redondas» tienen más posibilidades de seducción. En estas zonas, lo mismo ocurre con los hombres. Mientras que en Occidente una dentadura desigual se considera un detalle antiestético que hay que corregir, en Japón las chicas que lucen una sonrisa con dos caninos salientes (característica definida como yaeba) se consideran especialmente atractivas, hasta el punto de que muchas llegan incluso a implantárselos quirúrgicamente.

Un estudio de la Universidad de Cambridge descubrió que la parte del cuerpo masculino más admirada por las mujeres (al menos en Occidente) serían las piernas, siempre que su longitud guarde proporción con el resto del cuerpo: las «perfectas» deben medir aproximadamente la mitad de la altura total. En muchos países orientales, entre las partes del cuerpo femenino más admiradas por los hombres están los pies, pero con valoraciones opuestas: en Indonesia, cuanto más grandes son, más sensuales resultan, mientras que la cultura tradicional china quiere que sean diminutos. Para los maoríes, no basta con tener un rostro expresivo y bien proporcionado para ser bello: cuentan los tatuajes en la cara y sobre todo en la cabeza, considerada sagrada y a menudo adornada con piercings y joyas.

Si observamos nuestra cultura, los cánones y códigos que representan la forma en que «leemos»e e interpretamos la belleza y lo que definimos como sexy, nos encontramos con que el cuerpo femenino para los ojos y sentidos occidentales tiene muchas partes por las que una mujer debe sentirse sexy. Empezamos por los lóbulos de las orejas, una zona perfecta para moverse al besar, y besar es sin duda sexy.

Y que decir de los tobillos y pies, que si bien es cierto que algunos consideran asquerosos, para muchos otros pueden resultar muy atractivos. ¿Y las rodillas? O mejor dicho, la parte posterior de las rodillas. Sí, habéis leído bien. Se trata de una zona del cuerpo que a menudo se pasa por alto, pero que, al mismo tiempo, para una mujer puede ser una zona muy sensible. Y cuando se trata de zonas sensibles…

Si de verdad quieres ver a tu pareja volverse loca, haz aquel movimiento en el que estiras y arqueas un poco la espalda. Perderá la cabeza.       Seguimos… Según muchas mujeres, la clavícula de un hombre puede ser algo realmente sexy. Por esta razón, a algunas nos gusta detenernos un buen rato justo ahí.

Los huesos de la cadera, formando esa especie de V que sobresale de pantalones, faldas, bikinis, es una parte del cuerpo que puede resultar irresistible.

Los pechos, el escote: un must. El trasero: otro must. Y, por supuesto, los labios, la boca, que no podía faltar. Cerrada, abierta, sonriendo… Cuando te lames los labios, cuando te muerdes el labio de abajo. La boca expresa mucho, muchísimo. Si los ojos son el espejo del alma, la boca es una puerta al corazón.

Los ojos, la mirada. No podían faltar. No importa quién seas, lo que te guste, lo que prefieras. Los ojos son sexys. Una mirada puede bastar para desarmar por completo a alguien.

Estamos casi al final de este artículo. Una breve reflexión. Vivimos en un mundo que se está «distanciando», en el que el creciente aislamiento social amenaza no solo nuestra salud física y mental, sino también nuestra sociedad. Son muchos los factores que han contribuido a este momento distópico, como los teléfonos inteligentes, la economía colaborativa, la economía sin contacto, el crecimiento de las ciudades, el aumento de los hogares unipersonales y la llegada de las oficinas diáfanas. Todos ellos han alterado y reconfigurado profundamente no solo las relaciones económicas, sino también las personales. Por no hablar de los chats y los sitios de citas.

Quizá haya llegado el momento de volver a la vieja escuela, la que basaba «el juego de la seducción» no sólo en textos y fotos, sino en el contacto cara a cara. Una forma mucho más intensa y directa en la que intervienen la mente, el cuerpo, las emociones, las fantasías y el ámbito de las relaciones. Es, de hecho, una dimensión que, si se desea, se puede compartir con una pareja a la que seducir y por la que dejarse seducir, vinculada a lo real.

Y nunca lo olvides, sé tú misma. Y quiérete. No hay nada más sensual y sexy que una bonita sonrisa, un estado de ánimo que transmite serenidad, antes que cualquier otra cosa. Y recuerda que es importante practicar la amabilidad. Y este mensaje está dirigido especialmente al público masculino. La galantería, la amabilidad, la dulzura, son muy, muy seductoras, sensuales y sexys.

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