Hace pocos días, Tesla se convirtió en la séptima empresa en cruzar el umbral psicológico de una valoración de 1 billón de dólares.
Por Joseph Fuentes
La carrera de Tesla hacia el «trillón» comenzó después de una serie de anuncios impactantes, que incluyeron un enorme pedido de Hertz por 100.000 vehículos: la empresa de alquiler de coches se declaró en crisis durante el COVID, pero ahora parece haberse recuperado y quiere convertir su flota a eléctrica. Pero, también, la noticia de que el Model 3 había sido el coche más vendido en Europa en septiembre, la primera vez en la historia para un vehículo eléctrico.
Este rápido aumento en el valor de las acciones de Tesla ha llevado el patrimonio neto de Musk a $271,3 mil millones. Según estimaciones de Forbes, este resultado lo convertiría en la persona más rica de toda la historia.
Aunque las valoraciones de mercado últimamente tienden a ser muy generosas con respecto al valor real de las empresas, este es un hito muy importante para la empresa que lidera Elon Musk. De hecho, Tesla ya no es solo una empresa que produce automóviles o baterías. Como dijo Elon Musk, en una famosa nota a los inversores, Tesla es una «cadena de startup» integrada entre sí y dedicada al desarrollo de baterías, paneles solares domésticos, software para conducción autónoma e incluso seguros para automóviles. Este último, en la perspectiva de Musk, podría representar entre el 30 y el 40% de los ingresos de la unidad dedicada a los automóviles.
El objetivo para finales del 2021 es llegar a la entrega de 1 millón de coches: el doble en comparación con 2020 y casi 3 veces en comparación con 2019. Aunque esta cifra sigue siendo mucho menor que la de otros gigantes: Toyota, por ejemplo, en 2020 entregó casi 9 millones de vehículos. Por lo tanto, no es de extrañar que los inversores de hoy otorguen un mayor valor a Tesla que a todos los demás fabricantes de automóviles que cotizan en bolsa juntos.