LOS BENEFICIOS DE LA MEDITACIÓN

La meditación te mantendrá saludable, te ayudará a prevenir enfermedades, te hará más feliz y mejorará tu desempeño en prácticamente cualquier tarea, ya sea física o mental.

Por Valentina Cicconelli


La meditación ayuda a controlar el estrés, la ansiedad y la depresión.
Durante las prácticas de meditación se utilizan algunas técnicas, como visualizaciones, mantras, o la simple observación de la respiración, para relajarnos y dirigir el flujo de nuestros pensamientos, con el fin de inducir un estado positivo de salud física y mental en nuestra mente.
Por ejemplo, si en un determinado período de nuestra vida nos sentimos particularmente sobrecargados de compromisos, pensamientos y sentimientos negativos, podemos utilizar algunas técnicas específicas para generar en nosotros mismos esos sentimientos de tranquilidad y relajación que nos gustaría experimentar.
Repetir esta experiencia varias veces, de forma regular, nos permitirá, con el tiempo, familiarizarnos con ella, y también llevarla a la vida cotidiana.
Y es por eso que la meditación es una de las mejores herramientas para el manejo del estrés.

Obviamente, la práctica de la meditación nunca eliminará por completo el estrés, ya que el estrés es algo que pertenece al animo humano y que necesitamos.
De hecho, el estrés es una reacción que se produce en el cuerpo y en la mente, como respuesta a una situación de alarma. Si no existiera, no seríamos capaces de reconocer nuestros momentos de dificultad, no podríamos identificar las situaciones que nos hacen sentir mal, y en consecuencia nunca experimentaríamos el deseo de cambiar esa situación.
Sin embargo, cuando el estrés se prolonga en el tiempo y se convierte en angustia, puede acabar en algo muy dañino para el cuerpo, manifestándose de diversas formas:
Dolor de cabeza, dolor de espalda, dificultad para digerir los alimentos, tensión en cuello y hombros, taquicardia, híper sudoración, trastornos del sueño, perdida de apetito, fatiga crónica, problemas de naturaleza sexual, debilitamiento general del sistema inmunológico… son las manifestaciones físicas más frecuentes, entre aquellas causadas por el estrés prolongado.
A nivel conductual, el estrés se manifiesta en actitudes no positivas y repetidas a lo largo del tiempo, tales como: rechinar los dientes, alimentación compulsiva, mayor predisposición a desarrollar adicciones, actitud crítica hacia los demás, conducta de arrogancia y acoso, dificultad para completar tareas.
Mientras que, a nivel emocional, las peores manifestaciones del estrés, que acabamos experimentando dentro de nosotros mismos, pueden ser: ira, nerviosismo, ansiedad, ataques de llanto frecuentes, sensación de impotencia, predisposición a inquietarse o sentirse molesto.

Evidentemente, el estrés tal y como lo conocemos, también nos afecta a nivel cognitivo, ya que, si nos encontramos envueltos en una situación excesivamente estresante, será probable acabar teniendo dificultades para pensar con eficacia y para tomar decisiones claras y conscientes. Podemos experimentar sensaciones de: distracción, preocupación constante, pérdida del sentido del humor, y falta de creatividad.

Afortunadamente, gracias a la meditación, es posible aprender a reconocer, comprender y en consecuencia manejar los factores que alimentan esta condición estresante, reduciendo o eliminando sus manifestaciones.

Esto sucede no solo porque una mente más tranquila será una mente más capacitada para tomar decisiones y lidiar con las diferentes situaciones y dificultades que la vida implica, sino también porque, a nivel biológico, la práctica de la meditación regula la secreción de cortisol (la hormona del estrés) y promueve la producción de serotonina (la hormona de la felicidad).

De esta forma, el sistema nervioso se relaja, la mente se calma y con el tiempo adquirimos la capacidad de alinear los pensamientos y de afrontar situaciones de una forma mucho más organizada.

Esto también nos permite manejar de forma mejor los trastornos provenientes de nuestra esfera emocional.
De hecho, gracias a diferentes estudios científicos, se ha demostrado que 30 minutos de meditación al día pueden ayudar a reducir significativamente los síntomas de ansiedad y depresión.
No es casualidad que la medicina tradicional también utilice cada vez más la meditación como alternativa a los fármacos antidepresivos o de forma complementaría.

Además, la práctica de ciertas técnicas meditativas, como la visualización, tiene la capacidad de llevarnos a un estado mental positivo, mientras que la práctica de la respiración consciente, utilizada durante la meditación, ayuda a equilibrar el sistema nervioso y a manejar mejor los pensamientos recurrentes.
Esto sucede porque, al meditar, aprendemos a desvincularnos de la relación que establecemos con nuestros pensamientos y emociones, generando así claridad mental y una mayor capacidad para identificar nuestras cualidades ocultas.

Todos conocemos la expresión: «Mens sana in Corpore sano», literalmente «mente sana en un cuerpo sano».
Esta célebre cita remarca precisamente a que tanto el cuerpo como la mente tienen la misma importancia, y que no se debe descuidar la salud de ninguno de los dos.
En esencia, para alcanzar plenamente la salud mental, es necesaria también la salud física… y viceversa.
Al dedicarnos a la meditación con cierta constancia, adquiriremos una mayor claridad mental, y desarrollaremos la capacidad de mantener bajo control aquellas condiciones emocionales que afectan a nuestro cuerpo.
En fin: cuidar nuestra mente puede representar un método muy efectivo para disminuir y eventualmente eliminar las manifestaciones físicas del estrés.

La meditación también ayuda a facilitar las relaciones. Nos guste o no, la forma en que tratamos a los demás, está dictada por nuestras emociones y por lo que sucede en nuestra mente.
Si estamos constantemente nerviosos o enojados porque las cosas no salen como queremos, podríamos caer en el error de terminar descargando toda esa tensión en las personas más cercanas a nosotros.
Cuando una actitud de este tipo se convierte en parte de la vida diaria de un individuo, las relaciones con quienes le rodean se comprometen. El riesgo es provocar daño y acabar encontrarnos solos y aislados.
Honestamente, ¿quién quiere pasar tiempo, ya sea en casa o en el trabajo, con una persona nerviosa, enojada, negativa, que a menudo juzga a los demás y no hace más que quejarse?
Asimismo, estar disfrutar de la compañía de una persona sonriente, amable, y comprensiva marca la diferencia en el mundo.
Lo positivo es que, a través de la meditación, es posible cultivar estas cualidades, con el magnífico resultado de que, en consecuencia, las relaciones con los demás, así como con nosotros mismos, también cambian.

Entre los beneficios que aporta la practica de la meditación, están las mejoras que se pueden conseguir en la concentración, en la memoria y en la creatividad.
Gracias a la gran difusión que está teniendo la meditación en nuestra sociedad en los últimos años, cada vez es más fácil encontrar rastros de prácticas meditativas en los ambientes de estudio y de trabajo, tanto en grupo como en forma individual.
Se ha demostrado que seguir un camino regular de meditación ayuda a incrementar la concentración en las áreas del cerebro involucradas en el aprendizaje y en la memoria, pero también en aquellas que regulan las emociones, la perspectiva y el sentido de uno mismo.
Es fácil darse cuenta de cómo una actitud correcta, proactiva, colaborativa y emocionalmente estable puede marcar una gran diferencia en la forma de afrontar los proyectos laborales y las posibles tensiones que se derivan de la vida diaria del mundo trabajo. o del estudio.

Muchos estudios han acabado demostrando que meditar tan solo 20 minutos al día a lo largo de dos semanas, es suficiente para que las personas empiecen a experimentar los beneficios de esta practica.

Mientras que más de 3000 estudios realizados han demostrado que: la meditación alivia y combate la depresión, ayuda a combatir la depresión posparto, regula los trastornos del estado de ánimo y reduce el estrés y la ansiedad en general, ayuda a reducir los síntomas de los ataques de pánico, aumenta la concentración de materia gris en el cerebro, mejora significativamente el estado de alerta psicomotor y puede disminuir la necesidad de dormir, a largo plazo mejora la capacidad de generar ondas gamma en el cerebro, ayuda a reducir el alcoholismo y la adicción a las drogas, mejora la concentración, la atención y la capacidad para trabajar bajo estrés, mejora el procesamiento de las informaciones y de las tomas de decisiones, da fuerza mental, resiliencia e inteligencia emocional, hace más fuerte a las personas en situaciones dolorosas, mitiga el dolor mejor que la morfina, ayuda a manejar mejor el síndrome del déficit de atención e hiperactividad, aumenta la capacidad de mantenerse concentrados a pesar de las distracciones, mejora el aprendizaje, la memoria y la autoconciencia, mejora el estado de ánimo y el bienestar psicológico, evita caer en la trampa de la multitarea con demasiada frecuencia, ayuda a distribuir los recursos cerebrales limitados, nos prepara para afrontar mejor los eventos estresantes, reduce el riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular, afecta de forma positiva a los genes que controlan el estrés y la inmunidad, reduce la presión arterial, disminuye los trastornos inflamatorios, disminuye la inflamación celular, ayuda a prevenir el asma, la artritis reumatoide y la enfermedad inflamatoria intestinal, ayuda a aliviar los síntomas de la menopausia y el síndrome premenstrual, reduce el riesgo de enfermedad de Alzheimer y muerte prematura, ayuda a controlar la frecuencia cardíaca y respiratoria, ayuda a manejar mejor los problemas derivados de la psoriasis, mejora la empatía y las relaciones, reduce el aislamiento social, aumenta los sentimientos de compasión y disminuye las preocupaciones, reduce la sensación de soledad y reduce el hambre emocional.

Todo esto demuestra que la ciencia confirma la experiencia de millones de practicantes: la meditación te mantendrá saludable, te ayudará a prevenir enfermedades, te hará más feliz y mejorará tu desempeño en prácticamente cualquier tarea, ya sea física o mental.


Quien no medita es como quien nunca se mira en el espejo.
-PADRE PIO DE PIETRALCINA-

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