El journaling se asemeja a cuando te sientes mal y hablas con un amigo. Solo que, en este caso, el diálogo es contigo mismo.
Por Ainhoa Hernández
A menudo nos superan las emociones negativas. Los inputs de nuestra vida diaria aceleran la aparición de sentimientos como el estrés, el enfado, la tristeza… Estos nos sobrepasan hasta rebasar los límites de nuestra capacidad para soportarlos. La balanza que equilibra la convivencia de los pensamientos negativos y su canalización, a menudo se descompensa, y el estrés se apodera por completo de nuestra mente. Por eso, debemos buscar herramientas con las que compensar la balanza.
Se ha hablado mucho de la meditación, el yoga, el contacto con la naturaleza, etc. Hoy queremos hablarte de una práctica no tan conocida, pero que ha demostrado gran efectividad: el journaling.
La palabra journaling viene de la palabra inglesa journal, que se traduce como diario. Esta práctica es algo similar a mantener un diario donde plasmar pensamientos, preocupaciones, objetivos, etc. Sin embargo, se desprende de la cualidad de los diarios tradicionales en los que el objetivo es un resumen del día. El journalingbusca una reflexión más profunda sobre nuestros pensamientos orientada a una mejor gestión de las emociones.
Utilizando un papel y un boli, incluso un ordenador y una página en blanco en Word, puedes verbalizar todo aquello que pasa por tu mente, malo y bueno.
En una entrevista que la psicóloga Silvia Congost dio para el periódico español ABC en el año 2020, decía: «escribir ayuda a ordenar y dar luz a lo que llevamos dentro». Por eso, este journal puede ayudarte a cuidar de tu salud mental.

Consejos para comenzar una libreta de journaling
– Establece un horario. Dedica 10 minutos de tu día a ponerte enfrente de la libreta o del ordenador y comienza a escribir. Puede ser todos los días después de comer, al levantarte o antes de dormir. Lo importante es que sea en un momento tranquilo y donde puedas dar rienda suelta a tus emociones. La continuidad en el journaling es una de las piezas clave para su efectividad.
– Responde varias preguntas. Escribir sin ninguna guía puede resultar complicado, sobre todo al comienzo de la práctica. Algunas preguntas para orientar la reflexión son: ¿Cómo me he sentido hoy? ¿Por qué me siento agradecido hoy? ¿Qué quiero conseguir esta semana?
– No te presiones. Puede que un día escribas más y otro día menos. Es normal que nuestra creatividad fluctúe dependiendo de cómo nos sintamos en ese momento. La clave del journaling es conectar con el momento presente y preguntarnos cómo estamos al menos una vez al día.
– Echa la vista atrás. Una de las mayores recompensas de esta práctica es ver el progreso a lo largo del tiempo. Lee aquello que escribiste hace tiempo y reflexiona sobre el camino recorrido.

Beneficios del journaling
– Productividad laboral y personal. Está demostrado que cuando te marcas objetivos y piensas en ellos a diario, la posibilidad de conseguirlos aumenta exponencialmente. Gracias al journaling, recordarás cada día cuáles son las metas a largo y corto plazo, y actuarás acorde a ellas. A menudo actuamos en piloto automático, sin reflexionar sobre aquello que nos mantiene en el camino. Con esta práctica, trabajarás con tus objetivos en mente, potenciando la efectividad de cada acción.
– Bienestar emocional. El poder que tiene plasmar los pensamientos en el papel es muchas veces subestimado. Cuando nos enfrentamos a situaciones complicadas, tendemos a formar un nudo en nuestra mente que se enreda cuando lo alimentamos con más problemas. Es difícil canalizar este torbellino de negatividad nosotros solos, pero el poder de exteriorizarlo a través de la escritura es increíble.
– Impulsa el autoconocimiento. Gracias a la reflexión que aporta la escritura, indagamos en rincones desconocidos de nuestra personalidad. Nos obligamos a responder a cuestiones sobre nuestros deseos e inquietudes, impulsando la introspección y el desarrollo personal.