Partiendo de los principios básicos del yoga, con el tiempo se han desarrollado diferentes tipos de yoga, algunos más físicos, otros más espirituales, otros más dinámicos, otros más meditativos, cada uno asociado a beneficios específicos.
Por Joana Cachoeira Machado
Partiendo de los principios básicos del yoga, con el tiempo se han desarrollado diferentes tipos de yoga, algunos más físicos, otros más espirituales, otros más dinámicos, otros más meditativos, cada uno asociado a beneficios específicos.
La elección del tipo yoga, que más se adapta a tus necesidades y gustos, depende de tu disposición, tu estado físico y de salud, tu nivel de formación, pero también de los beneficios que deseas obtener de su práctica.
En este artículo de Slocum Magazine, un resumen de los principales tipos de yoga existentes.
Hatha yoga: Es uno de los yogas más populares y extendidos. No es demasiado intenso y, por tanto, ideal para acercarse a esta práctica. Combina asanas y respiración y es útil para favorecer la relajación, estimular la vitalidad y combatir el estrés;
Ashtanga Yoga: Se trata de un tipo de yoga muy físico, vigoroso y desafiante, basado en la realización de secuencias rápidas y enérgicas de asanas (siempre las mismas). Ayuda a desarrollar la fuerza, la resistencia y la flexibilidad, reduce el estrés y aumenta la energía;
Yoga Kundalini: Este tipo de yoga ayuda a liberar la energía creadora de la vida (Kundalini) mediante asanas, ejercicios de respiración y trabajo con bandhas (contracciones de ciertos músculos del cuerpo, como el abdomen y el suelo pélvico) y mudras (movimientos de las manos). Es un yoga tanto físico como espiritual, que permite despertar el cuerpo y la mente;
Bikram Yoga: Este tipo de yoga tiene la particularidad de practicarse en una sala calentada a 40° C. La sesión consiste en realizar 26 asanas (siempre la misma serie). Es un yoga que hace sudar mucho, purifica y ayuda a eliminar toxinas, pero debido a las temperaturas y condiciones particulares en las que se practica, está contraindicado para las personas con problemas cardiovasculares;
Vinyasa Yoga: Al igual que el Ashtanga Yoga, es una práctica dinámica, pero las asanas pueden cambiar en cada lección. Su peculiaridad radica en que cada postura está conectada con las demás de una manera específica y la transición de una a otra se produce con movimientos fluidos acompañados de la respiración. Este tipo de yoga mejora la postura, aumenta la resistencia y favorece el bienestar interior;
Yin Yoga: Es un tipo de yoga que consiste en realizar las posturas de forma sucesiva y mantenerlas durante un tiempo prolongado, ayudándose de accesorios como los bloques de yoga. El esfuerzo es mínimo y el objetivo es sobre todo la relajación, tanto física como mental. Por ello, este tipo de yoga, que no requiere una gran flexibilidad, es apto para todo el mundo y constituye un excelente antiestrés;
Yoga Iyengar Debe su nombre a BKS Iyengar, uno de los maestros de yoga contemporáneos más famosos. Es un tipo de yoga riguroso, que pone gran énfasis en la precisión de la ejecución y la correcta alineación del cuerpo y requiere una gran concentración. Mejora el equilibrio y la coordinación, alivia el dolor de espalda y reduce el estrés;
Power Yoga: Se trata de un tipo de yoga muy dinámico, que fusiona los principios básicos del yoga con los de la gimnasia moderna. Es adecuado para personas con buena salud, mientras que está contraindicado en presencia de enfermedades crónicas. Aumenta la potencia cardiovascular y la capacidad pulmonar, relaja las articulaciones y reduce la ansiedad y el estrés;
Yoga Anusara: En sánscrito, la palabra «anusara» significa «fluir con Gracia», pero también «entrar en la corriente de la propia esencia», es decir, sintonizar con el espíritu palpitante de la vida. Este estilo moderno de Hatha Yoga nos invita a estar conectados a todos los niveles (cuerpo, mente, corazón) y con todo lo que nos rodea. A nivel físico, mejora la fuerza y la flexibilidad y ayuda a corregir posturas incorrectas; a nivel mental, contrarresta la ansiedad y el estrés; a nivel del corazón, aporta entusiasmo, energía, valor y autoestima;
Yoga Nidra: También se denomina «yoga del sueño» y su objetivo es ayudar al practicante a alcanzar un estado de relajación física, emocional y mental. Toda la práctica tiene lugar en posición tumbada y no hay que realizar asanas. Es un yoga apto para todo el mundo y especialmente adecuado para quienes tienen dificultades para dormir.
Sea cual sea el tipo de yoga que elijas, practicarlo regular y correctamente bajo la dirección de un profesor, te permitirá disfrutar de numerosos beneficios, tanto físicos como psicológicos.