Un paso, solo un paso y el curso de la historia ha cambiado. El ser humano ha cruzado todas las fronteras conocidas y ha conquistado la Luna. Es el 20 de julio de 1969, el estadounidense Neil Armstrong baja la escalera del módulo espacial y deja su huella en nuestro satélite. La emoción recorre todos los rincones de la Tierra.
Por Edy B. Morgan
Un paso, solo un paso y el curso de la historia ha cambiado. El ser humano ha cruzado todas las fronteras conocidas y ha conquistado la Luna. Es el 20 de julio de 1969, el estadounidense Neil Armstrong baja la escalera del módulo espacial y deja su huella en nuestro satélite. La emoción recorre todos los rincones de la Tierra.
El Apolo 11 completa su extraordinaria misión, se alcanza el hito. E incluso en la actualidad, ese día de verano es recordado y celebrado en todo el mundo. Son las 4,56 minutos y 15 segundos del 21 de julio de 1969 en España, las 22,56 minutos y 15 segundos (hora del este) del 20 de julio en Estados Unidos, cuando el comandante de la misión Apolo 11 deja su huella en nuestro satélite.
“Ahora voy a bajar. Será un pequeño paso para un solo hombre, pero un paso gigante para la humanidad”, dice vacilante Neil Armstrong en el último escalón de la escalera Lem ‘Aquila’. Luego, finalmente, extiende su pierna y coloca su pie izquierdo sobre la superficie calcárea de la Luna. Un paso, solo un paso. Pero eso marca el aterrizaje del primer ser humano en un cuerpo extraterrestre. Inolvidable.
Poco después, su ‘compañero de viaje’ Edwin Aldrin, conocido como ‘Buzz’, también desciende a la Luna con Armstrong, mientras en órbita alrededor de la Luna, a bordo de la cápsula madre ‘Columbia’, espera el tercer astronauta de la Misión Apolo. 11, Michael Collins, Mike para los amigos.
Paradójicamente, es el único tan cerca, pero también el único que no puede ver el evento en directo. En la Tierra, millones y millones de personas están pegadas a los monitores de televisión, nadie quiere perderse la cita con el progreso.
Han pasado muchos años desde aquel momento leyendario, pero la huella de Armstrong sigue siendo imborrable en la historia de la humanidad. Y sigue estando en la luna. La corrosión de la superficie de nuestro satélite es mucho más lenta que aquella de la Tierra. Y aquella mítica huella seguirá existiendo a lo largo de mucho tiempo.
El viaje a la Luna comenzó cuatro días antes, el 16 de julio de 1969, desde la base de lanzamiento de Cabo Cañaveral, Florida, cuando el cohete Saturno V, de 110 metros de altura y más de 2.000 toneladas de peso, abandona la rampa 39A del Centro Espacial Kennedy. Y comienza la extraordinaria aventura. Después de Armstrong, Aldrin también desciende a la luna desde Lem ‘Aquila’. Mira a su alrededor y con la base de la NASA comenta: «Es una desolación magnífica».
Ahora los dos astronautas deben recolectar muestras de rocas y tomar fotografías de nuestro satélite. Durante unas 2 horas y media no hacen nada más que eso. En la Tierra reportan más de 21 kilos de piedras lunares. Dicen que moverse en la Luna es más fácil de lo que habían imaginado.
En la Luna dejan una placa: “Aquí, seres del planeta Tierra pisaron por primera vez la Luna, julio de 1969 d.C. Vinimos en son de paz, en nombre de toda la humanidad».
Para el resto de sus días, los tres astronautas estadounidenses son héroes, no solo en los Estados Unidos y no solo por la insignia de la NASA.
El 26 de agosto de 2012 muere Neil Armstrong, a los 82 años.
Hoy en día, la NASA apunta a conquistar Marte (con la complicidad de un tal Elon Musk y de su SpaceX… ¿Les suenan?), pero el sueño de enviar una tripulación al planeta rojo aún está lejos y todos los países tecnológicamente avanzados tendrán que unir fuerzas.
Mientras tanto, más allá de la órbita terrestre, en las profundidades del espacio, en las últimas décadas, sondas enviadas desde la Tierra han visto de cerca a Marte, Venus, Júpiter, Saturno y sus lunas.
La sonda Voyager 1 ha cruzado los límites del Sistema Solar haciendo sentir su presencia con señales provenientes del espacio interestelar. Incluso desde la Tierra, gracias a los poderosos telescopios espaciales y terrestres, los científicos pueden explorar el Universo. Captar imágenes de otros sistemas planetarios, de estrellas que llegaron después del Big Bang, ampliando así las fronteras del conocimiento.
Con la primera avanzada humana en el espacio, con el trabajo en la Estación Espacial Internacional de decenas y decenas de astronautas estadounidenses, rusos, europeos (muchos españoles e italianos), japoneses y canadienses, se han desvelado muchos misterios.
China también ha iniciado su carrera espacial y ahora, décadas después de la conquista estadounidense de la Luna, está construyendo su «Palacio del Paraíso», la estación espacial Tiangong 1. Y también India ha superado los confines de la Tierra, enviando una sonda en la orbita lunar.
Las nuevas fronteras están para ser alcanzadas y superadas. El ser humano sigue con su exploración. Y lo que ahora es ciencia ficción, volverá pronto a convertirse en realidad.