CONTAR CON UN PERRO EN NUESTRA FAMILIA: ALGO MARAVILLOSO QUE ADEMÁS SUELE APORTAR MUCHOS BENEFICIOS PARA NUESTRA SALUD

Contar con la amistad y con la presencia de un perro, conlleva muchos e importantes beneficios para la salud del ser humano.

Por Isabella Montichiari


Según diferentes investigaciones científicas, tener una mascota, y en particular un perro, puede reducir el riesgo de sufrir infartos u otros accidentes cerebrovasculares; de hecho, quienes tienen un perro tienden a dedicar más tiempo a la actividad física, tienen mejores niveles de colesterol y presión arterial y tienen un menor riesgo de obesidad. Pero eso no es todo. A nivel emocional, ser amigo de un perro puede reducir la depresión, el estrés y la ansiedad.

Varios estudios han demostrado que realizar una tarea estresante es menos fatigoso si tienes a tu lado una mascota: su presencia puede resultar incluso más beneficiosa que la de un cónyuge, familiar o amigo.

De manera similar, pasar tiempo con un animal aumenta los niveles de oxitocina, también conocida como la «hormona del amor», que es un neurotransmisor que ayuda a aumentar el grado de confianza en los demás y reduce el miedo.

Además, tener un perro conduce a una reducción de la presión arterial, especialmente en el caso de pacientes hipertensos o de alto riesgo; estar en estrecho contacto con un animal, de hecho, aporta beneficios a las personas desde el punto de vista emocional, reduciendo así los niveles de estrés, uno de los muchos factores que pueden elevar la presión arterial. Lo creas o no, los perros pueden resultar la mejor medicina, especialmente cuando las personas sufren de dolores crónicos, como artritis o migrañas. Contar con una mascota reduce la ansiedad: cuanto menor es la ansiedad, menos dolor.

Otro gran beneficio para el corazón es la reducción del colesterol. Los amigos humanos de los perros, tienen niveles de colesterol y triglicéridos significativamente más bajos que aquellos que no tienen mascotas. No es de extrañar. Los perros necesitan ejercicio y, para muchos, pasear a su perro es parte de su plan diario de actividad física; en este sentido, las personas con perro suelen ser mucho menos sedentarias y mucho más activas. Para disfrutar de las mejoras físicas y mentales, es necesario hacer por lo menos 30 minutos de caminata al día, o dos caminatas enérgicas de 15 minutos.

Quienes tienen un perro suelen contar con un mejor estado de ánimo. Suelen ser individuos que están menos estresados y tienden a ser más alegres. Con su capacidad para hacer que las personas sean más felices y pacíficas, los perros son una gran fuente de consuelo; son capaces de hacer que el hombre se sienta más amado y todo esto conduce a una mejoría significativa de la salud. Por estas razones, los perros se utilizan a menudo en terapias para tratar el trastorno de estrés postraumático. De hecho, ser familiar de un animal no solo significa asumir determinadas responsabilidades, sino también recibir una gran dosis de cariño y de atención.

Ser amigo de un perro aumenta las posibilidades de que una persona socialice. Según varios estudios, cuando sacamos al perro a pasear tendemos a socializar más con los demás, muchas veces ayudando a mejorar la percepción que los habitantes del barrio puedan tener de nosotros; de hecho, una persona que camina con un perro tiende a parecer más amigable. Así que la próxima vez que tengas una conversación con un conocido en el parque, recuerda que no solo estarás dedicando tiempo, sino también mejorando tu salud. La amistad de un perro puede mejorar la inmunidad frente a diferentes enfermedades y prevenir algunas alergias. Los niños criados en granjas o en contacto con animales tienden a no desarrollar alergias.

Un perro en familia es de gran ayuda también en el desarrollo de los niños. Así es: los niños y niñas que crecen con animales, como perros, pueden obtener innumerables beneficios, especialmente en términos de desarrollo emocional. Una niña o un niño que tenga un perro aprenderá a expresarse de diferentes maneras y a relacionarse mejor con los demás. El contacto con las mascotas también es extremadamente útil para niñas y niños con autismo o trastorno por déficit de atención/hiperactividad. De hecho, cuidar a un animal ayuda a estos niños a desarrollar un sentido de responsabilidad. Por otro lado, las niñas y los niños con autismo pueden sentirse reconfortados por las experiencias sensoriales asociadas con las caricias, o con el cariño infinito y con las fiestas que los perros suelen dedicar a sus familiares.

Si amas a tu perro puedes estar seguro de que el sentimiento es mutuo: unos científicos japoneses han logrado desvelar el secreto del amor entre perro y dueño. Este descubrimiento fue publicado en la revista «Science» y los principales protagonistas son la oxitocina y los ojos. Como explican algunos investigadores, el contacto visual entre humanos y perros actúa sobre lo que se llama la «hormona del amor», en ambas especies. En otras palabras, cuando una persona y su amigo de cuatro patas se miran, se producen altos niveles de oxitocina, lo que implica un fortalecimiento mutuo de la confianza y de la conexión emocional. Este estudio fue encargado por Takefumi Kikusui, del Departamento de Ciencia Animal y Biotecnología de la Universidad de Azabu en Japón. Este descubrimiento también explicaría las causas de la relación tan particular que el perro y el ser humano han establecido desde la antigüedad y la evolución que ha experimentado hasta transformarse en la convivencia actual. Estudios anteriores habían demostrado que cuando las madres miran a sus hijos a los ojos, se produce oxitocina. De esta forma se genera un flujo de amor y sentimientos protectores. Según establecieron los científicos japoneses, este mismo mecanismo ha permitido que los perros evolucionen de la condición de lobo salvaje hasta convertirse en la adorable mascota que vive con nosotros.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores observaron a los perros y a sus mejores amigos humanos durante unos 30 minutos seguidos, documentando las interacciones entre ambas especies. Posteriormente, mediante análisis de orina, se midieron los niveles de oxitocina en perros y personas. De esta forma, los científicos concluyeron que el aumento del contacto visual entre perros y humanos provocó un aumento de los niveles de oxitocina en el cerebro. Al realizar el mismo experimento con lobos, no se obtuvieron los mismos resultados. Esto significa que los lobos que evolucionaron para convertirse en perros lo hicieron dominando el poder de la mirada, factor absolutamente fundamental en la socialización con los seres humanos. Los investigadores también rociaron oxitocina en la nariz de los perros y luego los colocaron en una habitación con sus familiares humanos y otros extraños. En este nuevo escenario, las hembras mantuvieron la mirada fija en sus familiares durante más tiempo. Los científicos no pudieron explicar por qué no se pudo obtener el mismo efecto en perros machos. En cuanto a los humanos familiares de los perros sobre los que se roció la hormona, después de 30 minutos, se encontró un aumento significativo en los niveles de oxitocina.

La oxitocina es una hormona que ayuda a regular los estados de ánimo e intensificar las relaciones entre las personas. Sus efectos afectan a la sexualidad, a la felicidad, al sentimiento materno y paterno, a la confianza y a la generosidad. La oxitocina también tiene la capacidad de provocar contracciones uterinas, promover el parto y estimular la producción de leche materna. Además actúa como neurotransmisor, ya que tiene la capacidad de estimular a las neuronas para que transmitan información entre ellas. Dadas las grandes implicaciones que tiene la oxitocina en la vida social, tampoco deben sorprender los buenos resultados obtenidos gracias al uso de perros en terapias asistidas por animales. Existen mejoras significativas en los casos de personas autistas o personas que sufren estrés postraumático ya que, como hemos dicho, además de proteger la integridad física y mantener bajo control las situaciones de emergencia, los perros ayudan a tener una actitud positiva ante la vida, desarrollar una mayor confianza y seguridad, relacionarse con los demás, y hacer ejercicio físico.

Por todas estas razones, nunca olvides mirar a tu perro a los ojos. Además de recibir la confirmación de cuánto te ama, se incrementarán tanto los sentimientos de bienestar y felicidad suyos como los tuyos.


Mientras tenga un perro nunca me sentiré solo, porque su mirada tierna y el movimiento de su cola me dicen que yo soy la razón de su vida y que me ama.
-ANTONIO CLEMENT-

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