EL ARTE DE LA COLORIMETRÍA

La colorimetría se ha convertido en la última revolución en el mundo de la belleza, ofreciendo una base científica para elegir colores que realzan y armonizan con cada tono de piel.

Por Zoe Magdalena Galán


La colorimetría se ha convertido en la última revolución en el mundo de la belleza, ofreciendo una base científica para elegir colores que realzan y armonizan el aspecto, con cada tono de piel. A través de datos precisos y técnicas aplicadas, esta nueva disciplina permite desde seleccionar el tinte de cabello perfecto hasta corregir imperfecciones a través del maquillaje. ¿Cómo funciona esta ciencia y por qué está transformando el estilismo relacionado con el estilismo del cabello y el make-up? Te lo cuento.

La búsqueda del color perfecto ya no es solo una cuestión de preferencias personales; la colorimetría es una ciencia que examina cómo los colores interactúan con la luz y la piel, se erige como la guía definitiva para resaltar la belleza única de cada individuo. Desde la elección del color de cabello hasta la selección de maquillaje esta disciplina puede cambiar tu forma de verte y sentirte. La colorimetría es una disciplina que ha ganado relevancia en el ámbito de la belleza, fusionando ciencia y estética para ayudar a las personas a encontrar los tonos más favorecedores para su piel, cabello y maquillaje. A través de cálculos precisos y la utilización de herramientas específicas, esta ciencia permite comprender cómo los colores interactúan con la luz y cómo cada individuo puede beneficiarse de esta interacción.

El término «colorimetría» proviene del griego «chroma» (color) y «metría» (medida), lo que indica su enfoque en la cuantificación de los colores. Para determinar el color de una sustancia, se utiliza un colorímetro, un dispositivo que mide la cantidad de luz absorbida o reflejada por un objeto. Esto permite obtener datos precisos sobre las características cromáticas y, por ende, realizar selecciones informadas sobre colores que realzan la belleza individual.

Un componente clave en la colorimetría es la «Estrella de Oswald», un modelo gráfico que organiza los colores en un círculo, reflejando la percepción visual del ojo humano. Este diagrama, creado por el físico y psicólogo Wilhelm Oswald, clasifica los colores en primarios, secundarios y complementarios, facilitando una comprensión más profunda de cómo pueden combinarse para lograr armonía visual.

Uno de los principales campos de aplicación de la colorimetría es la selección del color de cabello. Esta ciencia estudia las diferentes tonalidades en función del subtono de la piel y la pigmentación natural, permitiendo la creación de tintes personalizados que realzan el cutis. Los subtonos se clasifican en tres categorías: cálidos (con matices dorados o melocotón), fríos (con matices rosados o azulados) y neutros (una combinación equilibrada de ambos).

La escala de altura de tono, que varía del 1 (negro) al 10 (rubio muy claro), es fundamental para definir con precisión un color. Esta escala ayuda a seleccionar la base sobre la cual se aplicarán reflejos o aclaraciones, asegurando que se neutralicen los tonos no deseados. Por ejemplo, los pigmentos verdes neutralizan el rojo, mientras que los azules contrarrestan el naranja.

La colorimetría es la base de técnicas de coloración en tendencia, como el balayage, que busca crear matices armónicos y personalizados. Igualmente, el «hair contouring» utiliza esta ciencia para ofrecer efectos de luz y sombra que acentúan los rasgos faciales. Las coloraciones pastel y fantasía, cada vez más populares, requieren del conocimiento profundo de la teoría del color para lograr tonalidades vibrantes y duraderas.

La colorimetría no solo se limita al cabello; también juega un papel crucial en el maquillaje. La elección de bases y correctores se realiza en función del subtono de la piel, garantizando que el resultado final sea armónico. Por ejemplo, los tonos rosados y azulados son ideales para pieles con subtonos fríos, mientras que los dorados y bronceados son perfectos para los cálidos.

La colorimetría también es esencial en la dermopigmentación, una técnica estética avanzada que mejora la apariencia de cejas, labios y cuero cabelludo. La selección de pigmentos se realiza considerando el subtono de la piel y el color natural del cabello. Gracias a la teoría del color, los profesionales pueden equilibrar las tonalidades y corregir imperfecciones, logrando un efecto natural y armónico.

Por ejemplo, si una micropigmentación tiende a adquirir un tono grisáceo, se puede aplicar un pigmento anaranjado para neutralizarlo; si se torna excesivamente rojizo, un pigmento verdoso puede equilibrarlo.

La colorimetría representa un avance significativo en la forma en que entendemos y aplicamos el color en nuestra vida diaria. Ya sea en la elección del color de cabello, en el maquillaje o en técnicas de dermopigmentación, esta ciencia proporciona herramientas valiosas para realzar la belleza personal de manera objetiva y medida.

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