Hoy les hablo de una de esas prendas de moda femenina de las que ya no podemos prescindir: su majestad la minifalda.
Por Vega López de la Cruz
Hoy te hablo de una de esas prendas de moda femenina de las que ya no podemos prescindir: la minifalda. Ajustada, acampanada, de cuero, de tweed, la minifalda es un clásico imprescindible. Se trata de la prenda que revolucionó no sólo el mundo de la moda, sino también el concepto de feminidad. Y te lo voy a contar.
La minifalda, con su carácter atrevido y revolucionario, no fue aceptada sin polémica.
Pero, antes de adentrarnos en las turbulentas aguas de los años 60, un periodo de agitación social y cultural, demos un paso atrás. Las minifaldas no son en absoluto un invento moderno. De hecho, en culturas antiguas como la egipcia y la minoica, las mujeres solían llevar vestidos que dejaban descubiertas las piernas. Sin embargo, fue en el fervor cultural del Londres de los años sesenta cuando nació la minifalda tal y como la conocemos hoy, y representó un punto de inflexión en la industria de la moda.
Símbolo de la liberación y de la emancipación femenina, la minifalda se convirtió en la seña de identidad de una época en la que las mujeres reivindicaban sus derechos y su independencia. El año 1963 marcó el nacimiento oficial de la minifalda, gracias a la visionaria diseñadora británica Mary Quant.
Mary, inspirada por las jóvenes que cortaban sus faldas para hacerlas más cortas, decidió producir una línea de ropa que realzará esta nueva moda rebelde. Así fue como la minifalda pasó a formar parte de la historia de la moda, un símbolo de la época del Swinging London y del floreciente feminismo. Mary Quant abrió su tienda, Bazaar, en 1955 en King’s Road, en el barrio de Chelsea, epicentro de la cultura juvenil londinense.
El éxito fue explosivo. La minifalda se convirtió inmediatamente en un símbolo de la liberación femenina y cambió la moda para siempre, consagrando el derecho de las mujeres a elegir libremente qué ponerse, incluso desafiando las convenciones sociales. Parece que el nombre de minifalda se inspiró en su coche favorito, el Mini Cooper.
La minifalda siguió dominando la escena de la moda en los años setenta y ochenta. Durante esta época, gracias a la influencia del movimiento punk y de la música disco, esta prenda adquirió un nuevo significado, asociado a la libertad de expresión y la rebelión contra las convenciones.
En la época contemporánea, la minifalda sigue siendo un must-have de la moda. Incluso en el nuevo milenio, la minifalda sigue siendo una prenda esencial en el armario de una mujer. Se adapta perfectamente a las nuevas tendencias y se presenta en diversas formas y estilos, adecuados para cualquier ocasión.
Aún hoy en día, la minifalda es sinónimo de audacia y emancipación. Ha evolucionado en muchas variaciones, con cortes nuevos como en el caso de los modelos trapecio, con volantes, con ruedos o plisados, y está disponible en una amplia gama de materiales, desde tejidos ligeros y veraniegos hasta materiales más cálidos e invernales.
A pesar de su polémica, la minifalda ha tenido un importante impacto cultural. Se convirtió en un símbolo de libertad e independencia, contribuyendo a la lucha por la igualdad de género y a la definición del concepto de moda.
A lo largo de los años, la minifalda ha pasado por diferentes períodos de popularidad. En los años setenta y ochenta quedó relegada en favor de siluetas más largas y fluidas, antes de regresar triunfalmente en los noventa, coincidiendo con la explosión de la cultura pop y el girl power.
Hoy, la minifalda es una prenda versátil y atemporal que se adapta a cualquier estilo y ocasión. Llévala con una blusa y sandalias para un look veraniego ligero y sofisticado, o combínala con un jersey oversize y botines para un look invernal acogedor y chic. Pero, tendencias aparte, la minifalda sigue siendo un poderoso símbolo de emancipación y libertad.
Al igual que Mary Quant se atrevió a desafiar las convenciones de su época, nosotras también podemos hacer lo mismo, llevar lo que nos haga sentir cómodas y nos permita expresar nuestra personalidad. No importa si eres más atrevida o discreta, la minifalda es la prenda perfecta para mostrar tu personalidad. Recuerda que la moda es una forma de expresarte, así que, te pongas lo que te pongas, asegúrate de que refleja quién eres. Como dijo una vez Mary Quant: «La moda no es frívola. Forma parte de la vida, es algo muy serio».
Si hay una prenda que resume mejor que ninguna otra las tendencias más cool de la temporada que está a punto de empezar, esa es la minifalda.
La minifalda vaquera es un básico del armario veraniego. Prepárate para sacar tus mejores modelos del armario: con la llegada de los primeros días de buen tiempo, las minifaldas vuelven a ser tendencia, confirmándose como una de las prendas más esperadas de la temporada.
La combinación más cool de la minifalda esta temporada es con un blazer. El traje es ahora micro, siguiendo la estela de la tendencia ligada a los años 60. Pierde ese aire serio que siempre le ha caracterizado para dar paso a diseños más ligeros, coloridos y divertidos.
La falda de cuero es otro must-have que se puede llevar de muchas maneras diferentes, desde una reunión de negocios, pasando por una noche en la que te apetezca lucir un look más sexy, hasta un outfit de diario. La falda de cuero, o falda de piel, es una tendencia imperecedera que se puede llevar de diferentes maneras pero que es perfecta para cada temporada. Son muchas las marcas que temporada tras temporada vuelven a proponer la falda de cuero en sus colecciones. Es una prenda que además aporta comodidad y se puede llevar sin medias, gracias también a los nuevos materiales con los que está confeccionada. Mi modelo favorito es la falda lápiz, que llega hasta la rodilla y es de talle alto.
El modelo corto es perfecto para las que quieren estilizar su figura, sobre todo si se combina con unos botines con tacón o, para una versión más rockera, con unas botas y unas medias transparentes. Si estás planeando una cita caliente o una ocasión especial, también puedes optar por modelos con cortes especiales, como una abertura en el muslo que deja al descubierto la pierna, o decantarse por las superposiciones. Si tu alma es más deportiva y desenfadada, te recomendamos que combines tu falda de cuero con unas zapatillas deportivas, unos calcetines de rizo y una cazadora bomber estampada.
Por último, la falda de cuadros en formato mini, vaina, acampanada o plisada.
En resumen, la minifalda es una prenda única, femenina, sensual y elegante, y hay para todos los gustos. Ahora que conoces la revolucionaria historia de la minifalda, desde sus orígenes hasta nuestros días, sigue atreviéndote, experimentando con tu estilo.
Si te gusta como escribo, y quieres conocer más acerca de las tendencias que se aproximan, te recomiendo este otro artículo que escribí para Slocum Magazine:
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