AMAPOLA LÓPEZ: LA PROHIBIDA

Entrevista al célebre personaje artístico Amapola López, conocido internacionalmente como La Prohibida. En exclusiva para Slocum.

Por Nacho Figueroa


Amapola López, conocida internacionalmente como La Prohibida, se dedica desde hace más de 20 años al mundo del espectáculo, cantando sus temas de música pop y electrónica en las principales salas de conciertos de Madrid, Barcelona y todo América. Presentamos la entrevista concedida a Slocum por esta talentosa y célebre artista.

—SLOCUM: Hablamos de tus inicios, de Andalucía a Roma, de Milán a Madrid. Estudiaste idiomas durante más de diez años… Eres una auténtica profesional.
—PROHIBIDA: Estuve 12 años en Italia, sobre todo en Roma, y estudié principalmente italiano, portugués, inglés, francés… Se supone que iba a ser una traductora profesional, pero llegados a este punto ya no me veo. Me encantan los idiomas. De vez en cuando sigo haciendo algún curso, leo un libro… Me encanta ver youtubers que hablan sobre idiomas. Es mi pasión, pero sé que no voy a dedicarme a ello.

—SLOCUM: Llama la atención cómo empezaste a trabajar como drag queen. Según cuentas, fue de manera totalmente casual en una discoteca italiana. Trabajabas de manera esporádica como barman y promotor de fiestas en varios países europeos. En una de esas fiestas y por exigencias del guion, tuviste que vestirte de mujer y hacer un espectáculo, dando inicio así a tu pasión y a lo que hoy es tu carrera profesional como drag queen.
—PROHIBIDA: Cuando vivía en Roma quería hacer Traducción. En ese momento mis trabajos para mantenerme eran de camarero, barista… y poco a poco me fui metiendo en el mundo de la noche y las discotecas como relaciones públicas y organizador de eventos. También hacía animación y me gustaba mucho bailar. En ese momento, de la animación a la escena había solamente un paso. Fue ahí cuando una noche mi jefa me travistió. Ella maquillaba muy bien, tenía ropa, pelucas… y me dijo “hoy te vas a travestir, lo vas a pasar muy bien”. Ella había sido bailarina, había trabajado con transformistas y sabía muy bien lo que hacía. Esa fue la primera noche.

—S: Así que fue totalmente fortuito, y viste ahí una oportunidad para ti.
—P: Ya me había arreglado de muchas formas para hacer animación y había llevado atuendos sofisticados. No llegaba del instituto Dante Alighieri donde estudiaba y me travestía, sino que ya había hecho un proceso en la performance. No me impresionaba ponerme una peluca ni un maquillaje porque ya lo había hecho antes. Así que aquella noche no me costó mucho. Fue fortuito y sin duda fue una gran oportunidad.

—S: Años después de haber creado “La Prohibida”, ¿le consideras un álter ego o es un personaje?
—P: Es un personaje. A veces me preguntan esto pensando que hay algún problema de doble personalidad, pero no es así. Es mucho más sencillo. Es un traje con el que me presento ante el público, pero nada más. No hay conflicto porque sé cuando empieza, cuando termina y para qué lo hago.

—S: Entonces nunca se ha producido una disforia entre el artista y el personaje.
—P: Nunca, y fíjate que la disforia existe en las personas y su imagen cara al público. Un director de hotel cuando se dirige a un cliente, no actúa de la misma forma que cuando no está trabajando. Esto lo podemos trasladar a cualquier trabajo cara al público, y también a lo mío.

—S: ¿En qué se diferencia La Prohibida de Amapola?
—P: En nada. Es otro nombre porque “La Prohibida” sonaba demasiado distante. Amapola es más parecido a un nombre de flor… a mi forma de ser realmente. Me puse otro nombre para hacerlo más cercano, pero somos la misma.

—S: ¿En qué se diferencia La Prohibida o Amapola de la persona debajo del maquillaje?
—P: Se diferencia en todo porque La Prohibida no existe, es un personaje de ficción.

—S: Pero has conseguido ser más que un personaje de ficción: eres, dentro del mundo del transformismo, el referente. Sobre todo en el ámbito musical.
—P: ¿Tú crees? No sé, nunca me he considerado un referente. Yo soy muy hippie y muy independiente en ese sentido, no me gusta ligarme a nada. Si he conseguido algo lo he hecho por mi arte, por lo que ofrezco, y no por estar ligada a nada en concreto ni por pertenecer a algún tipo de entorno.

—S: En el año 1996 llegaste a Madrid convertida en La Prohibida –tras haber barajado otros nombres artísticos como Shaila Longfire o La Perdida– y empezaste a dedicarte íntegramente al mundo del espectáculo. ¿Por qué «La Prohibida»? ¿Hay algo prohibido en ti?
—P: No hay ninguna historia detrás, tendríamos que preguntárselo a mi subconsciente porque yo no lo sé. Buscaba un nombre artístico y se me ocurrió de repente, pero no hay nada más. Amapola sí está más pensado, porque yo me siento como una flor silvestre, soy bastante campestre en ese sentido. La Prohibida no tiene un porqué, se me ocurrió y me pareció atractivo.
Es un nombre bonito y potente, pero fue de un día para otro y sin ningún tipo de criterio, solamente pensando en lo atractivo. Amapola sí que está pensado, de hecho me hubiera gustado llamarme así, pero ahora es demasiado tarde…

—S: Hablamos de tu crecimiento artístico. Tu carrera musical siguió avanzando a pasos agigantados, hasta que la cantante Alaska te seleccionó para colaborar en las giras de Fangoria “Expandelia”. Alaska fue, en España, quien te apadrinó en el estrellato… ¿Qué opinión te merece Alaska, tanto personal como profesionalmente?
—P: No fue madrina, pero sí un apoyo muy grande y lo sigue siendo, igual que Nacho Canut. Fue la primera persona que me puso en el mapa, y a través de ella conseguí ir a muchos medios de comunicación. La primera vez que fui a un canal de televisión fue de la mano de Alaska, y siempre me ha mostrado su cariño y su apoyo.
Alaska siempre se ha movido por afinidad e instinto, está con la gente que quiere independientemente de su estatus o fama. Esa libertad de decir lo que le gusta ha sido para mí un referente. Alaska ha sido, y es para mí muy importante. La quiero mucho.

—S: ¿Cuánto tiempo fuiste telonera de Fangoria?
—P: Dos veces, en dos giras diferentes. Cuando yo saqué mi primer disco “Flash” en 2005, ellos me hicieron participar en una gira que tenían, y eso fue para mí una gran promoción. En esa gira sentí que Olvido y Nacho me ayudaron a compartir su público conmigo. Y luego en 2009 hice con ellos la gira “Absolutamente”. Son detalles que no voy a olvidar jamás.

—S: ¿No sentiste presión a la hora de que una artista como Alaska apostara por ti?
—P: Ninguna presión, quizá porque ellos no ponen barreras, muros ni distancia a la gente. Era una responsabilidad, pero yo llevaba tiempo haciendo cosas con ellos y podía ir completamente a mi aire. Además, en ese sentido ellos no son nada elitistas. No tienen pose, y siempre me dieron esa confianza para pedirles ayuda en lo que fuera. A Nacho le pedí varias canciones porque es un maravilloso letrista.

—S: Durante 1996 ya te iniciaste como vocalista profesional de la mano del cantante, compositor y productor musical Luis Miguélez; pero tu consolidación en el panorama musical español y tu llegada a un público más amplio vino con las fiestas “En Plan Travesti” que tú misma ideaste y organizaste, junto a diferentes rostros conocidos. Entraste en contacto directo con numerosos productores, compositores, músicos y organizadores de fiestas, con los que empezaste a colaborar posteriormente para preparar tu primer álbum “Flash” en 2005. Con este álbum y gracias a la promoción de la mano de Internet, conseguiste tu primera gira por América –Chile, México, Estados Unidos, Argentina y Uruguay–.
Pero fue en el año 2015, tras otro disco lanzado en 2009, cuando llegó tu verdadero estrellato con tu tercer álbum de estudio “100k años de luz”, con sencillos tan conocidos como “Baloncesto” o “Ganas de matar” que han conseguido casi 4 millones de reproducciones en Spotify, y los videoclips más de 3 millones de visualizaciones en YouTube.
¿Qué se siente al tener millones de personas locas por ti y por tus canciones? Tienes a un auténtico ejército detrás…
—P: Pues no lo pienso mucho, mejor no pensarlo. Lo único que me importan son las fechas en el calendario y el trabajo. Lo demás me da una gran satisfacción pero no voy detrás de las visitas. No sé cuántas visitas tienen mis vídeos, no los vuelvo a ver ni los vuelvo a controlar.

—S: Esto es un auténtico ejercicio de salud mental, porque hay mucha gente y artistas que se fijan mucho en la crítica, en lo que va a publicar alguien sobre mí, en que tenga una visita menos que ayer… sobre todo en el contexto actual marcado por las redes sociales.
—P: Claro, pero fíjate que hay una artista que admiro mucho, Amparanoia, que tiene muy pocas visitas en sus vídeos y muy pocos seguidores. Sin embargo, es una de las artistas españolas que más trabaja tanto en España como fuera. Miras la lista de conciertos y no para de trabajar y de sacar discos. No siempre debemos fijarnos en las visitas o en los likes de Instagram, porque te puedes orientar, pero que no pase de ahí. Yo prefiero tener menos visitas y trabajar la mitad que trabaja Amparanoia. Pero no me va mal, por suerte tengo trabajo y de momento no me falta.

—S: En 2019 lanzaste “Ruido”, tu cuarto álbum de estudio. Abandonaste tu colorido pelo azul y tus trajes rosas y morados, y te volviste una mujer madura de aspecto frío, utilizando tonos marrones y ropa con tonalidades oscuras.
¿Por qué decidiste abandonar el color en ese momento?
—P: Porque es interesante hablar del lado oscuro y desde el punto de vista gris de las cosas. Creo que lo necesitaba y la vida está hecha también de tristeza, y no podemos negarla. Como artistas no podemos dejar de hablar de ella ni de transmitirla. Además, la tristeza consigue que la gente empatice mucho contigo, es un sentimiento fuerte y necesario. Tenía ganas de hablar desde ese punto de vista y de expresarlo así, con seriedad absoluta. Tengo una parte mediterránea y solar, pero a la vez soy muy oscura. Es una mezcla muy poco obvia y muy nuestra.

—S: Además, los videoclips siguen una estética radicalmente diferente a lo que habías hecho anteriormente.
—P: Sí, de hecho voy a retomar ahora otros dos vídeos de ese disco en mayo, porque no se pudieron terminar, pero van a ir siempre en esa estética. Con mucha hierática, con poca sonrisa.

—S: La mayoría de tu discografía está financiada mediante campañas de crowfounding para cubrir los gastos de la producción de los discos. Internet ha supuesto para una artista como La Prohibida una auténtica revolución, tanto a nivel de promoción como en la propia financiación. ¿Cómo pensaste en producir tus discos mediante crowfounding?
—P: Se empezó a hablar del término “crowfounding” de manera más general en 2014 o 2015, cuando empezaba a salir esta forma de financiación alternativa. Al principio me daba un poco de miedo, pero vi que otros artistas lo estaban haciendo, y ahí me armé de valor y lo hice. Aunque ahora es más habitual, en ese momento poca gente utilizaba esa forma de financiación. Creo que es maravilloso que exista algo así, porque te da la capacidad de producir material nuevo y no tener que depender de una discográfica.

—S: Con la gran artista que eres, ¿no cuentas con el respaldo de una discográfica o una agencia de promoción?
—P: No, nada. Nunca me lo han propuesto. Pienso que estaría bien, sobre todo porque me sería muy útil, pero nunca lo he probado. No me cierro, pero nunca me han hecho una propuesta. Aunque tampoco la busco ni la necesito. 

—S: Quizá sería más cómodo trabajar con una discográfica porque el hecho de hacerlo todo tú tiene que ser muy duro, eres una auténtica working girl.
—P: Sí, no paro. Es tremendo y complicado, pero al final los beneficios son todos para mí, esa es la parte buena. Trabajo el triple pero gano el triple también, o más del triple, porque una discográfica se lleva mucho. Prefiero hacerlo yo.

—S: Actuando semana tras semana, Prohibida, seguiste haciendo bolos y dando conciertos en las principales fiestas y salas de Madrid, Barcelona y países de América, hasta marzo de 2020, cuando todo esto se vio interrumpido por el famoso coronavirus. Llegó el confinamiento, un momento para resetear.
¿Qué supuso para ti dejar de tener conciertos, bolos, y que todo estuviera cerrado? Imagino que te habrá influido económicamente…
—P: He tenido el privilegio de tener ahorros e ingresos, porque el sello discográfico que tengo no se paró, siguió vendiendo digitalmente.
Y el confinamiento me vino muy bien, porque no podía más. Acababa de terminar una gira por América y estaba destrozada. Tenía una gira de verano por delante muy larga, y me vino bien hacer una pausa. Económicamente me afectó porque perdí mucho trabajo y proyectos que iba a realizar y que no pudieron cerrarse. Pero no lo pasé mal. Salí adelante y me di cuenta que tengo la mente bastante fuerte; no me vine abajo en ningún momento y aproveché para idear cosas nuevas, grabé dos álbumes, saqué uno, y ahora estoy con el otro. Ni tan mal.

—S: Aprovechaste el parón impuesto que tuvimos durante más de dos meses, y estuviste muy activa en Instagram con los famosos directos, y conciertos en línea como “En Cautiverio” donde propusiste donaciones por Bizum o Paypal.
¿Qué supusieron para ti esas donaciones?
—P: Me sirvieron para producir canciones nuevas para el álbum: estoy constantemente invirtiendo en mis discos. Como hubo un parón, lo aproveché para trabajar y así tener material nuevo. Siempre vivo con el pensamiento de aprovechar el tiempo, y así lo hice.

—S: Y como consumidora, ¿qué supuso para ti la música en el momento del confinamiento?
—P: El confinamiento me dio la oportunidad de tener más tiempo libre, y lo aproveché para consumir cine, series… y por supuesto música. En ese sentido ha sido muy culturizante para mí, lo aproveché al máximo y no paré de hacer cosas. El arte y la cultura fueron fundamentales en ese momento. Yo particularmente los necesito siempre, pero claro, no siempre tengo el tiempo que me gustaría. Creo que ha sido una vía de escape. Las personas necesitamos cultura, arte y ficción. Es un método de aprendizaje, de compartir y de sentir. El arte te hace sentir.

—S: En la actualidad volviste a proponer una financiación en manera de crowfounding para un nuevo proyecto musical. Cuando conseguiste la financiación necesaria, lanzaste tu nuevo álbum “La Prohibida en acústico” (2021), mediante el cual has tenido la oportunidad de volver a las principales salas de Madrid bajo el lema “la cultura es segura”. Para este nuevo trabajo, aunque pusiste un límite de 5.000 euros para la producción del disco, obtuviste casi 22.000 euros a través de 593 aportaciones. ¿Quién te apoya?
—P: Mis fans, supongo. La gente que necesita más de mí, aquellos que necesitan tener mi material y lo quieren tener pronto. Es gente que me aprecia, a la que le gusta mi trabajo. En un crowfounding no hay barreras: es el artista y el público. Más que una financiación es una preventa, vendo discos y material antes de producirlos físicamente, y así los puedo fabricar.

—S: ¿No sientes presión ante toda la gente que te apoya?
—P: Sí, mucha. Me siento con mucha presión. Es una gran responsabilidad porque tienes que dar a tus fans algo que esté a la altura de sus expectativas, del apoyo y del cariño que te dan. Llega a ser vertiginoso, pero después noto la gratificación al ver que valoran mi trabajo.

—S: Ahora que has vuelto a actuar en numerosas salas a nivel nacional, ¿piensas que la cultura es realmente segura?
—P: La cultura es segura, sí. Si el local toma las medidas necesarias desde luego que sí. La situación es complicada, y no solo para la cultura, sino también para la hostelería y el turismo, y más sectores.
Los artistas, técnicos, distribuidores, proveedores, escenógrafos… no somos los únicos que nos hemos visto afectados por esto. Imagínate la cantidad de gente que está sin trabajar ahora. Nosotros estamos medio trabajando. No estamos facturando ni una cuarta parte de los ingresos que veníamos haciendo antes.
No estamos abiertos, estamos semiabiertos. Cuando la gente dice que los locales de Madrid están abiertos… No, no están abiertos. Estamos haciendo muy poco dinero, y no estamos recibiendo ayudas. Aun así hay algo bueno, porque aun en estos tiempos puedes ir al teatro. Mejor que nada…

—S: ¿Qué podemos escuchar en el álbum acústico de La Prohibida?
—P: Son versiones propias y ajenas. Seis canciones mías y cinco canciones de versiones de artistas que me encantan. En general es un álbum bastante oscuro, con unos arreglos muy años setenta, con mucha guitarra, y con un productor con el que tenía enormes ganas de trabajar: Guille Mostaza. Y para mí es una auténtica joya. Tenía ganas de hacer algo así, y el momento era ahora.
Como no se pueden hacer muchos shows ni conciertos, pensé en hacer este álbum para escuchar, y el siguiente será para actuar, que saldrá cuando termine toda esta situación.

—S: ¿Cómo te lanzaste a componer temas tan sobrios, dejando algo aparcada la música pop, dance y electrónica?
—P: Siempre me ha apetecido hacer algo así. Las veces que he tenido ocasión de cantar con algún pianista o guitarrista siempre me quedaba con ganas de más, porque yo estoy instalada en la electrónica. Y ahí quiero seguir porque estoy cómoda y me encanta. Pero siempre me he quedado con ganas de tocar con una banda, y lo haré seguramente en el futuro.
Como no iban a haber shows ni posibilidades de trabajar, quise grabar este disco en acústico. Además, es el disco del coronavirus, algo anecdótico. Cuando acabe todo esto volveré a la electrónica.

—S: ¿Te inspiraste en alguien para lanzar un disco así? ¿Algún referente?
—P: Sí, tengo muchos referentes, no podría quedarme con uno. Para “La Prohibida en acústico” escuché mucho a Pink Floyd y rock atmosférico como Electric Light Orchestra. Dependiendo de la época tengo un referente u otro. Creo que somos producto de todos nuestros referentes.

—S: ¿Qué podemos esperar de La Prohibida de cara a este año? Estás preparando las grabaciones de tu próximo disco…
—P: El año pasado fue el año de la novedad, y este es el de la paciencia. Como todo se produce de una manera tan gradual, hay que tener paciencia.
Estoy grabando un nuevo disco y voy a empezar a viajar a Milán para producirlo a partir de junio, cuando toda la situación esté en vías de estabilización. Estaré todo el verano trabajando en esas nuevas canciones. A finales de año, cuando se supone que la situación estará controlada, espero lanzarlo. Y así en 2022 tener un año de conciertos con este nuevo disco.

—S: ¿Qué estás preparando? ¿Es algo rompedor?
—P: Tiene una imagen totalmente diferente respecto a “Ruido”. No tiene nada que ver, es otro universo. Es otro planeta, otra imagen y otro temario. Va a ser diferente y único. La estética va a ser radicalmente opuesta a mis álbumes anteriores. Un referente muy bueno para el nuevo disco está siendo el cineasta Eloy de la Iglesia.

—S: ¿Vas a volver a la estética de “100k años de luz”?
—P: No. He pasado por colorines, por el espacio, por luminosos ochenteros, por tonalidades grises… pero este álbum que viene nada tiene que ver con los otros. Contará con una estética radicalmente diferente.

—S: Vamos a ver a una Prohibida completamente distinta…
—P: Sí. Va a ser un álbum único en ese sentido, no va a ser como los anteriores. Va a ser un disco con mi sonido, pero va a tener colaboraciones. Una en concreto con un artista que aun no puedo desvelar, que va a estar presente en todo el disco.

—S: Por último, algo que te gustaría destacar o cualquier otra cosa que se te haya quedado en el tintero. Una declaración de intenciones, por ejemplo.
—P: Paciencia. Este es el año en el que tenemos que relajarnos mucho, y disfrutar de las mejoras graduales que la vacunación nos ofrezca a lo largo de las semanas. Creo que esto es lo que más podemos disfrutar de este año.

Ilustración: Kike García
Créditos fotografías: Francisco Prato

Discografía de Amapola López, La Prohibida: «Flash» (2005), «Sr. Kubrick, ¿qué haría usted?» (2009), «À toi» (EP, 2014), «100k años de luz» (2015), «Cuaderno de sonidos» (Recopilatorio, 2017), «Ruido» (2019), «En Acústico» (2021). 


Somos producto de todos nuestros referentes.
-LA PROHIBIDA-

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *