ENTREVISTA EN EXCLUSIVA A MARÍA DE LEÓN

Con más de veinte años de experiencia en comunicación, María de León es experta en moda, está especializada en el crecimiento personal con fundamento humanista, y es escritora.

Por Estíbaliz Cazorla


Hay personas que no comunican para ser vistas. Lo hacen para ofrecer sentido. María de León pertenece a esa clase de almas que deciden habitar el mundo con propósito. Podría haber elegido quedarse en la superficie de lo estético, de lo aspiracional, de lo visible. Pero optó por lo más difícil:
descender a lo profundo, abrazar el cambio, escuchar el silencio y convertirlo en brújula.

En un tiempo donde las palabras se aceleran y las imágenes se repiten, María propone otra forma de presencia: una que nace del cuidado interior, del equilibrio entre belleza y verdad, y de una escucha que se hace acto. Su nuevo proyecto, Vivir con sentido, no es solo una plataforma: es una declaración. Un modo de mirar la vida con otros ojos. Más lentos. Más humanos. Más llenos.

Y ahora también es un libro. Publicado en febrero de 2025, Vivir con sentido recoge las claves, los aprendizajes y la experiencia vital de una mujer que no pretende enseñar, sino acompañar. Que no ilumina, pero enciende. En esta conversación en exclusiva para la sección Portrait de Slocum Magazine, recorro con ella sus paisajes internos, su evolución vital y esa elegancia suya que, lejos de buscar atención, genera confianza.

Porque hay luces que no deslumbran, pero alumbran. Y María es una de ellas.

Slocum Magazine: Tu trayectoria ha estado siempre vinculada al mundo de la estética, pero da la sensación de que hoy vives y comunicas desde un lugar más profundo. ¿Cómo ha sido ese tránsito? ¿Hubo un momento clave?

María de León: Ese tránsito ha sido bonito y un gran desafío a la vez. Ha sido el resultado de escuchar a mi voz interior y también las necesidades de la sociedad. Ha sido un proceso natural de crecimiento personal que me ha llevado a hacer un viaje de fuera hacia dentro. Vivir alineada con tu esencia no es tarea fácil en un mundo con tanto ruido, en el que todo va tan deprisa, con tantos estímulos materialistas y con una gran invasión tecnológica que, aunque nos aporta muchas comodidades, también corre el peligro de deshumanizarnos. El momento clave de mi gran cambio fue tocar fondo en el 2012 por una serie de cuestiones personales.

Esto marcó mi nuevo rumbo. También el suicidio de una influencer de 27 años en el 2017 me motivó a trabajar en proyectos de educación y crecimiento personal que contribuyeran a evitar que estos tristes acontecimientos siguieran ocurriendo.

S: María, cuando alguien nombra tu proyecto “Vivir con sentido”, uno siente que es mucho más que un título bonito. ¿Qué hay detrás de esas tres palabras? ¿Cómo nacen en ti?

M: ¡Qué bonita pregunta! La frase «vivir con sentido»no quiero que sea un cliché con el cual no se conecte de manera profunda sino una frase que refleje una realidad que ayude a vivir de una manera más consciente y alineada con la propia esencia y valores.

Vivir con sentido, para mí, es vivir motivada por convertirme, cada día, en una mejor versión de mí misma y por dejar una buena huella en la sociedad. Esto implica un gran trabajo de prospección interior, poner en práctica una mirada más profunda y encontrar un propósito trascendente que funcione como motor de tu actividad.

También aceptar que la vida es un ir y venir de luces y de sombras. La clave está en acoger cada situación como una oportunidad para aprender y no olvidar que las vivencias son efímeras, no duran para siempre. Vivir con sentido es vivir con confianza, alegría y esperanza de que tu existencia merece la pena.

S: Hablas mucho de bienestar y conciencia, pero sin caer en tópicos. ¿Qué significa para ti vivir bien, hoy? ¿Qué has tenido que desaprender para poder hacerlo?

M: Yo creo que lo más importante para no caer en tópicos es hablar de la experiencia personal y no quedarte solo en una teoría no vivida. Esto es justo lo que he tratado de compartir en mi libro. Vivir bien es hacerlo con alma. No quedarte solo en la superficie. Es hacerlo con creatividad para encontrar los caminos que te lleven a convertirte en la persona que estás llamada a ser. Es construir relaciones personales que nos permitan poner en práctica el ejercicio de amar que es el que nos transforma como personas y hace de este mundo un mundo mejor.

Más que desaprender, he tenido que aprender a ser más humilde y aceptar mis limitaciones, que «solo sé que no sé nada», a vivir más centrada en el presente, a no olvidar que hay un porcentaje de cosas que se escapan de mi control y que, a veces, tengo que dejarme llevar, con más confianza, por la Providencia. Mi gran responsabilidad es dar lo mejor de mí en cada momento haciendo uso de las herramientas de las que dispongo.

S: Tienes una forma muy particular de mirar la belleza: sutil, cálida, sin artificio. ¿Qué papel juega la estética en tu forma de estar en el mundo? ¿Qué cosas te emocionan últimamente?

M: La estética es importante para mí porque me produce un gran placer sensorial. Es un ingrediente importante de la belleza pero no el único, también está la ética. Enfocar la mirada en lo bello (arte, naturaleza, música, literatura…) da sentido a la existencia y te hace vivir con mayor alegría y esperanza.

Lo que más me emociona es ver cuando las personas sacan a relucir su parte más humana. Por ejemplo, compartiendo sus vulnerabilidades como hizo Chris Martin cuando habló de la depresión en redes sociales. También ver como los seres humanos, ante las tragedias, se unen instintivamente para apoyar a las personas que lo necesitan, como ocurrió con la DANA.

Ver ese puente de Valencia con riadas de gentes fue sobrecogedor. Eso te hace tener esperanza en el ser humano. Me emociona disfrutar de los placeres sencillos de la vida como tomarme una palmerita de chocolate con un buen café. Contemplar una bonita puesta de sol. Escuchar a Julio Iglesias o Coldplay.

S: Publicaste recientemente Vivir con sentido, un libro íntimo, valiente y lleno de pausa. ¿Qué te impulsó a escribirlo? ¿Qué descubriste en el proceso que no sabías antes de empezar?

M: Vivir con sentido ha sido una síntesis de los aprendizajes que he ido atesorando en las diferentes formaciones humanistas que he desarrollado en los últimos años, complementadas con mi experiencia personal. Me impulsó a escribirlo, en primer lugar, poner orden a todo lo que tenía en mi cabeza que era mucho y, lo más importante, compartir con los demás mis conocimientos por si podían aportar valor a sus vidas.

Escribir este libro me ha regalado confianza en mí misma porque me he demostrado, una vez más, que cuando me propongo algo me comprometo para llevarlo a cabo a pesar de las barreras que me van surgiendo en el camino. Esto ayuda a sentir una gran satisfacción. También he llorado con este libro porque hay veces que no encontraba la manera de expresar lo que tenía dentro y esto me ha causado ansiedad. Esto me ha ayudado a tener paciencia.

S: En un mundo hiperconectado, donde todo parece expuesto, tú apuestas por una comunicación más íntima, serena, sin sobresaltos. ¿Cómo se construye una presencia desde el alma y no desde el ego?

M: Con espacios de silencio y recogimiento para vivir en modo lento, estar cerca de la naturaleza y practicar actividades contemplativas como, por ejemplo, la meditación.

La meditación te lleva a hacer un viaje de la mente al corazón y ayuda a transformar este panorama V.U.C.A (Vulnerable, Incierto, Complejo y Ambiguo) en un V.U.C.A distinto en el que hay visión enfocada en lo importante, comprensión de la realidad, claridad en las decisiones que vayan alineadas con la propia esencia y aceptación de las circunstancias, que no es lo mismo que resignación.

S: Sé que eres una gran lectora y observadora. Me encantaría saber qué libro, lugar o persona te acompaña últimamente como faro. A tenor de esto, si pudieras dejar una frase en el mundo para que la lea quien la necesite, ¿qué diría esa frase?

M: Libros me acompañan muchos, pero me gustan especialmente «El principito” porque en él se revelan verdades muy profundas. Recomendaría «Yo siempre vi un sombrero» de Álvaro Abellán porque ayuda a descifrar esa sabiduría que Saint-Exúpery refleja en su cuento. Otro de mis libros de cabecera es «Sed de Ser» de Javier Melloni.

De frases que son lemas para mi diría que es la de San Agustín «Ama y haz lo que quieras» y la de San Juan de la Cruz «Un alma que vive en amor ni cansa ni se cansa”.

S: Y por último, ¿qué es lo que más te gusta de Slocum?

M: Lo que más me gusta de Slocum Magazine es vuestra estética y vuestra manera profunda de trabajar los contenidos para conectar con el alma del lector.

Más sobre María en: marialeonstyle.com

Estíbaliz Cazorla es experta en Identidad Verbal para marcas, y Fundadora de Mirar para Crear.
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