CÓMO MANTENERSE HIDRATADOS DURANTE EL VERANO

La hidratación de nuestro cuerpo es esencial para nuestra salud, especialmente cuando las temperaturas aumentan.

Por Valentina Cicconelli


El sol brilla, las temperaturas suben, sudamos bastante más. El verano es la estación de las vacaciones, de la vida al aire libre, del sol, pero también en la que con más frecuencia corremos el riesgo de deshidratarnos.

Es un riesgo que debe mantenerse bajo control, ya que tener la cantidad adecuada de agua en el cuerpo es fundamental para muchas funciones corporales. Descubramos cómo mantenerse hidratados, incluso en la estación más calurosa del año.

El agua es un elemento fundamental para toda forma de vida, animal o vegetal, y para nuestro organismo, este preciado líquido es fuente fundamental de salud.

Cuando nacemos, nuestro cuerpo está compuesto por un 75% de agua. En la edad adulta este porcentaje alcanza alrededor del 60%; el porcentaje es ligeramente superior en los hombres y ligeramente inferior en las mujeres. En los ancianos esta cantidad disminuye aún más. Estos números ya nos hacen entender muy bien que nuestro cuerpo necesita agua para funcionar de la forma correcta. Y cuanto es importante que este porcentaje de líquido debe mantenerse lo más constante posible.

De hecho, una hidratación adecuada sirve a nuestro organismo para una serie de funciones fundamentales para nuestro bienestar. El agua es importante para mantener los músculos en forma y para la circulación sanguínea. Tiene un papel protagónico en el proceso digestivo, ya que es determinante en la función de transportar y facilitar la absorción de los nutrientes.
Sirve para proteger nuestra piel y tiene una importante función de drenaje. Además, una hidratación adecuada beneficia a la mente, ayudándonos a mantener la concentración y, por último, pero no menos importante, ayudándonos a mantener el hambre bajo control si lo que queremos es perder peso.

La falta de agua en nuestro cuerpo puede por tanto llevarnos a sufrir no solo de piel seca, sino también de ralentización de la función intestinal, calambres, caídas de concentración, debilidad, hasta consecuencias más graves que afecten a la función renal y hepática o provoquen calor y agotamiento.

Para evitar todas estas consecuencias, solo recuerda beber la cantidad adecuada de agua todos los días. Un compromiso que puede parecer fácil de cumplir, pero en la práctica, para la mayoría de las personas, no lo es en absoluto.

¿Puedes decir cuántos vasos bebes todos los días? Probablemente no, porque no te das cuenta. Sin embargo, este pequeño gesto es de fundamental importancia para tu salud, especialmente en la temporada de verano.

Dado que no resulta tan fácil para todos beber la cantidad adecuada de agua todos los días, es importante saber que, además de esto, existen otras formas de garantizar que nuestro cuerpo esté hidratado. Una necesidad que el cuerpo siente durante todo el año pero que se vuelve más importante de satisfacer en verano con el aumento del calor.

Durante el verano, los líquidos se pierden mucho más rápido a través del sudor y hay que reponerlos rápidamente. La deshidratación es un proceso muy rápido, al que nuestro organismo es especialmente reactivo. De hecho, el 1% de tu peso corporal por deshidratación es suficiente para sufrir algunas de las desagradables consecuencias que hemos descrito. ¿Cómo puedes evitarlo? La hidratación se logra en primer lugar bebiendo la cantidad adecuada de agua todos los días, pero no solo.
Pero, ¿cuál es la cantidad mínima de agua que debemos beber para mantenernos saludables, especialmente en la temporada de verano?

Como muchas cosas que afectan a la salud de nuestro cuerpo, incluso en este caso, no hay una respuesta única y no puede haberla. Cada uno de nosotros tiene una constitución, hábitos y problemas diferentes. En términos generales, el cuerpo de los hombres contiene más agua que el de las mujeres, por lo que un hombre adulto tendrá que beber, en promedio, más que una mujer de la misma edad.

Según los expertos médicos la cantidad promedio de agua a beber en el transcurso de un día debe ser de unos 2 litros para las mujeres y 2,5 litros para los hombres. Pero estos son valores puramente indicativos. En caso de aumento de la temperatura y actividad física intensa, se deben aumentar estas cantidades para asegurar la reposición de todos los líquidos perdidos por el sudor. No es fácil para todos beber tanto todos los días. Los niños y los ancianos, por ejemplo, sienten menos sed, por lo que deben recordar beber incluso en ausencia de estímulos.

Los adultos, a menudo en el frenesí de sus días, mientras sienten sed, subestiman el estímulo y posponen el momento de beber. Así, al final del día apenas alcanzan la cantidad mínima de agua que garantiza el bienestar.

La primera forma de beber más agua es darnos cuenta de cuántos vasos consumimos cada día. Si encontramos que la cantidad no es suficiente en comparación con lo que debería ser, debemos introducir nuevos hábitos en nuestra rutina diaria.
Por ejemplo, obligarnos a beber al menos un vaso al levantarnos y otro antes de acostarnos, así como beber durante las comidas, y en todos los momentos del día en que sintamos la necesidad.
Si hacemos deporte, debemos beber abundantemente al final de la sesión de entrenamiento.

Además de estas precauciones, debemos tener en cuenta que no introducimos agua en nuestro organismo sólo bebiendo, sino también comiendo.
El reto contra la deshidratación en época de calor también se gana en la mesa. Las frutas y las verduras son alimentos muy ricos en agua, por lo que en verano debemos aumentar su consumo, con el objetivo de elegir las verduras que más contribuirán a nuestras necesidades de hidratación. Luz verde para deleitarse con calabacín, tomate, sandía, pepino, apio, lechuga, melón… Todos los alimentos cargados del precioso líquido.

Y si te cuesta beber la cantidad de agua que necesitas, puedes ayudarte alternándola con otros líquidos, como tisanas, té, batidos o aguas de sabores, todas bebidas sabrosas pero sin añadir azúcar.

Con estos pequeños trucos y la posibilidad de centrarse en estas variantes, seguro que te resultará más fácil mantener el cuerpo hidratado y en forma incluso en los días más calurosos del verano.


 

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