ANUNCIOS PERSONALIZADOS Y COOKIES: ¿QUÉ TIENEN EN COMÚN?

Todas las páginas web tienen un aviso en la parte inferior en el que alertan que van a utilizar cookies, y para seguir navegando, debemos aceptarlas. ¿Realmente sabemos lo que estamos aceptando?

Por Nacho Figueroa


“Cookie” es la palabra que se deseó utilizar para nombrar a los ficheros que guarda un navegador en el disco duro de un dispositivo electrónico –ya sea ordenador, tablet, smartphone, etc.–. Las cookies son, al fin y al cabo, ficheros ocultos que incluyen información confidencial sobre el usuario.
Se llamó “cookie” porque llamarlo “araña rasteradora” pasaba a ser algo muy oscuro, pero realmente es lo que son. Una cookie es una galleta inofensiva.
Aceptando la política de cookies de un determinado sitio web, damos permiso para que esa tecnología escriba información en los ficheros ocultos, para en un futuro, poder descifrarla y leerla. Esto es lo que realmente aceptamos cuando hablamos de cookies.

Las preguntas ahora son: ¿qué tipo de información se está guardando? ¿Quién puede leerla? ¿Son seguras las cookies?
Se guarda información básica de preferencias dentro de un sitio web, como el idioma, los productos añadidos al carrito en una compra online, productos más comprados, etc. De igual manera, pueden guardarse los links o enlaces que se han ido visitando antes de comprar en un determinado ecommerce, o cuánto tiempo se ha invertido en cada web.

Con todo esto se pretende garantizar que la experiencia de usuario en una página web sea mucho mejor, ya que dicha página puede ir aprendiendo sobre las cosas que hemos realizado anteriormente, y puede recomendar experiencias parecidas. El sitio web que visitamos es, entonces, mucho más personal.

Todo esto tendrá una parte negativa, ¿no? Realmente sí, como todo en la vida. Un ejemplo claro es cuando compramos billetes de avión, autobús, trenes, o cualquier método de transporte, en un determinado sitio web. Los usuarios comparamos diferentes días y distintas horas hasta que damos con el vuelo idóneo. Todo esto lo están rastreando las cookies de esa página web –la de una aerolínea, por ejemplo–.
Es muy sencillo, entonces, aumentar el precio de ese billete de avión, porque la web sabe que vas a comprarlo muy probablemente, sea cual sea el precio. Todo esto se utiliza como herramienta de marketing para aumentar beneficios de todas las empresas. Es por ello que, cuando busquemos este tipo de cosas en internet, es muy aconsejable hacerlo a través de navegación privada, así no se nos cuela ningún tipo de cookie rastreadora.

Algo muy importante que debemos saber es que las cookies que guarda una determinada página web en tu ordenador, únicamente puede ser leída por esa página web. Por ejemplo, si entramos en Amazon y guardamos en el carrito tal producto, únicamente puede leer Amazon que has guardado ese producto en el carrito, ninguna otra.

Ahora bien, ¿por qué, entonces, nos aparecen anuncios personalizados en periódicos online, en redes sociales, revistas, etc.? Aquí aparece el término “remarketing” –o más concretamente “retargeting”–, concepto muy ligado a las políticas de cookies.
Si buscamos un producto concreto en una web, por ejemplo Amazon o Google, podremos observar que ese producto nos estará persiguiendo en otros sitios web. Por el retargeting o las cookies de terceros. Esas cookies van a leer información tanto de su sitio web, como de otros que hayan dejado rastro en el ordenador, y todo esto se acepta en la famosa política de cookies.

Es algo confuso porque, ¿las cookies no las leían solo un determinado sitio web? Sí y no. Los anuncios que muestra una determinada página web, no solo están en esa web, sino que pertenecen a una superior. Esos anuncios están incrustados ahí, pero no tienen por qué ser parte de esa web. Los banners que hay en internet, no siempre pertenecen a la web que estamos visitando, sino que se cargan en otros servidores (Amazon, Google, etc.).

Entonces, ¿son seguras las cookies? La respuesta es sí, pero siempre depende de la página web en la que nos metamos en internet. Las cookies pueden guardar información infinita: idioma, preferencias, gustos pasados, etc. Pero también puede guardar usuario y contraseña de un determinado perfil. Cuando aceptamos la política de cookies, perdemos, en parte, el control de lo que el creador de una web podrá hacer con los datos que ahí hayamos insertado.
Aunque las cookies son, al fin y al cabo, ficheros que solo puede leer y descifrar una web concreta, son ficheros reales –archivos que se encuentran en el disco duro–, por lo que si alguien robara nuestro ordenador, simplemente accediendo a la carpeta de cookies, podría llegar a obtener numerosa información sobre nosotros.

Como conclusión, las cookies son necesarias y en parte buenas. Permiten a las páginas web ir aprendiendo sobre nuestro comportamiento para ofrecernos una experiencia de usuario adaptada a nosotros, recomendándonos productos y personalizando contenido. Hay que tener cuidado con ellas, como con todo en el mundo digital. Podemos decir que es un “mal necesario” dentro de internet hoy día.


Se llamó “cookie” porque llamarlo “araña rastreadora” era mucho más oscuro. Una galleta parece inofensiva, un insecto venenoso no tanto.
-NACHO FIGUEROA-

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *