Todos hemos acabado clickando en un sitio web porque nos han obligado a hacerlo… ¿o no?
Por Nacho Figueroa
Las personas nos movemos por sentimientos e instintos, lo creamos o no. Y esos sentimientos impulsivos son también los que utilizan periodistas y redactores para atraer a más personas a revistas, periódicos, noticias en línea, etc. Los usuarios buscan información atractiva.
El Clickbait es, por definición, una técnica que consiste en influenciar al usuario a través de la estimulación de su curiosidad, con el fin de que éste haga click en un determinado artículo, post, página, etc. o en un anuncio determinado, con el fin de generar ingresos publicitarios. Se ha traducido este término al español como cebo o anzuelo de clicks.
Lo que se pretende, entonces, es generar visitas y, sobre todo, generar ingresos publicitarios a través de titulares sensacionalistas y con gancho, fomentando así la interacción y el reenvío de ese material a través de las redes sociales.
La principal finalidad del Clickbait es generar una mayor cantidad de visitantes a un sitio web, sea el que sea. Esta técnica aprovecha la curiosidad del internauta para hacerse con unos cuantos clicks. El Clickbait está compuesto de un titular potente con una descripción y contenido llamativo, que tenga como objetivo el causar en el usuario una reacción proactiva, y así lograr que acceda a un enlace determinado.
A simple vista puede parecer algo lógico, las empresas necesitan clicks en su sitio web, pero esta técnica demasiado a menudo se lleva al extremo, generando de esa forma contenido de mala calidad, o incluso falso.
No es lo mismo manipular con un titular, que seducir. Se manipula ciertamente cuando el contenido que el usuario lee después de clickar en un determinado titular, no satisface la curiosidad que le ha generado o incluso no corresponde con el titular. Todos hemos leído en redes sociales “Si no haces click, nunca sabrás lo que sucedió”, y hemos clickado para saber qué es lo que sucedió ¿no? Esto es extrapolable a cualquier tema de actualidad, política, economía… en fin, a cualquier tipología de noticia.
Una técnica muy popular dentro del Clickbait es aquella de utilizar verbos de acción en imperativo: “mira”, “escucha”, “lee”. Todo esto contribuye en encender la curiosidad del usuario, algo más que evidente. Un ejemplo claro: “Lee este artículo antes de pedir una hipoteca”, y todo el mundo cae. Es algo natural que va con la psicología humana.
Pero realmente, ¿esto es rentable para las empresas?
Si se pone sobre una balanza, el resultado es nefasto. Google tiene algoritmos y mecanismos muy inteligentes para que no le engañen. Es decir, si el buscador detecta que a una determinada página entran muchos usuarios, pero la abandonan casi de inmediato, se contabiliza dentro del llamado “porcentaje de rebote”. De esta manera, aunque aumentan las visitas de un sitio web, también aumenta ese rebote, por lo que el resultado que tiene en cuenta Google es la nula permanencia de un usuario en esa página. Y se pregunta por qué.
Aquí entra, desde luego, el concepto de marketing ético. Es honesto que una empresa esté en el mercado para ganar dinero, ese es el propósito de cualquier empresa. Pero no a cualquier precio, y menos aun utilizando técnicas de atracción que se alejan de una realidad más que evidente. Es legal y ético conseguir clicks a través de titulares potentes y noticias, post o cualquier otro tipo de contenido online que genere atracción en un determinado usuario, pero siempre satisfaciendo la necesidad que éste va persiguiendo, y no engañando, mintiendo o manipulando las informaciones.
El mayor defecto de la publicidad actual, es que hay demasiada.
-LUIS BASSAT-