DOS ANÉCDOTAS CURIOSAS ACERCA DE LA VIDA DE MARILYN MONROE

Marilyn Monroe, su amistad con Ella Fitzgerald, y aquella noche que probablemente decretó el fin de la mítica actriz.

Por Camilla Ludavisi


Marilyn Monroe, cuyo verdadero nombre era Norma Jeane Mortenson, nació en Los Ángeles el 1 de junio de 1926. Hoy en día, sabemos que la actriz tuvo una infancia muy complicada y que creció entre orfanatos. Parece ser que la falta de cariño fue una constante a lo largo de toda su vida. A demostración de eso, su frase: «Por encima de todo, yo necesitaba ser amada».

En la década de 1950, los músicos afroamericanos a menudo tenían que limitar sus actuaciones a pequeños clubes, enfrentándose además a muchas dificultades. Entre los artistas que sufrieron estas limitaciones, estuvo incluso la legendaria artista Ella Fitzgerald. En más de una ocasión, mientras la cantante actuaba en un club, la policía irrumpió y acabó arrestando a todos los presentes.
Parece ser que una noche, después de llevar a Ella a la estación de policía, los agentes incluso llegaron a pedirle un autógrafo.
Hasta que una noche, Marilyn Monroe se enamoró de su voz. Fue entonces cuando Marilyn decidió contactar al dueño del Mocambo (un club exclusivo de Hollywood) para que dejara cantar a Ella.
A cambio de esta concesión, Marilyn se comprometió a reservar una mesa todas las noches en el local, justo frente al escenario.
De este episodio nació una hermosa amistad entre la actriz y la cantante. Marilyn obviamente cumplió con su promesa y todas las noches, como fan y amiga, iba a escuchar las actuaciones de Ella.

Otra anécdota curiosa, que probablemente marcó el destino de Marilyn, es la que ocurrió en mayo de 1962, en el Madison Square Garden, durante las celebraciones del cumpleaños del presidente Kennedy. El evento tuvo lugar justo diez días antes del cumpleaños número 45 de JFK. Había unas 15.000 personas presenciando la celebración.
Peter Lawford dio paso al escenario a Marilyn Monroe, quien se presentó frente al público luciendo el mítico vestido color carne que, años después, precisamente en 1999, fue subastado por el precio adjudicado de más de 1.26 millones de dólares.
La legendaria actriz, después de unos instantes de silencio, empezó a cantar «Happy Birthday Mister President».
Al acabar la performance, el presidente subió al escenario, dio las gracias personalmente a Marilyn, y mirándole a los ojos dijo: «Ahora, después de haber escuchado tan dulces saludos, también puedo retirarme de la política».
Una vez acabada la dulce y apasionada actuación de Monroe, se hizo evidente la relación clandestina entre el presidente y la actriz. Y fue por esta esta razón que Kennedy tuvo que cortar sus relaciones con Marilyn, hecho que probablemente aumentó su ya importante depresión. Hoy en día, pensándolo en retrospectiva, tal vez podamos decir que Marilyn, aquella noche, decretó su fin.

Ilustración: Kike García


La imperfección es belleza, la locura es genialidad, y es mejor ser absolutamente ridículos que absolutamente aburridos.
-MARILYN MONROE-

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