La domesticación ha moldeado a los perros tanto en comportamiento como en características anatómicas.
Por Valentina Cicconelli
Los perros han desarrollado nuevos músculos oculares para comunicarse. El cambio, al parecer, reside en la domesticación, que ha moldeado a los perros tanto en comportamiento como en características anatómicas. Un estudio demuestra que la domesticación transformó la anatomía de los músculos faciales de los perros específicamente para la comunicación facial con los humanos.
Un músculo responsable de la elevación intensa de la ceja interna está presente de manera uniforme en los perros, pero no en los lobos, sus parientes más cercanos.
Los datos conductuales muestran que los perros también producen el movimiento de la ceja mucho más a menudo y con mayor intensidad que los lobos, con movimientos de máxima intensidad producidos exclusivamente por los perros. Curiosamente, este movimiento se asemeja a una expresión que los humanos producen cuando están tristes, por lo que su producción en los perros puede desencadenar una respuesta de alimentación.
La hipótesis es que las expresivas cejas de los perros son el resultado de una selección basada en las preferencias humanas. El vínculo perro-humano es único y representa un diagnóstico de la evolución de las culturas humanas. Los perros fueron domesticados hace más de 33.000 años y, durante ese tiempo, los procesos de selección moldearon tanto su anatomía como su comportamiento y los transformaron en los mejores amigos del ser humano. La más notable de las adaptaciones del comportamiento de los perros, resultado de la selección durante la domesticación, es su capacidad para interpretar y utilizar la comunicación humana de un modo que otros animales no pueden.