ELSA PERETTI, LA DISEÑADORA QUE TRANSFORMÓ LA JOYERÍA PARA SIEMPRE

Peretti fue una visionaria que encontró belleza en lo cotidiano y lo convirtió en eterno.

Por Estíbaliz Cazorla


Elsa Peretti fue una visionaria que encontró belleza en lo cotidiano y lo convirtió en eterno. Sus joyas no eran solo accesorios, eran una declaración: de libertad, de feminidad y de una nueva forma de vivir.

Su historia comienza como modelo en los años 60, codeándose con figuras icónicas como Halston y Salvador Dalí. Pero Elsa no se conformó con ser musa, quería crear. Fue así como en los años 70 comenzó su viaje como diseñadora de joyas, primero para Halston y luego para la prestigiosa Tiffany & Co., donde cambiaría para siempre el significado del lujo.

La revolución de lo simple. Antes de la era Peretti, las joyas eran símbolo de status. Piezas complejas y pesadas que hablaban más de poder que de personalidad. Elsa introdujo algo que nadie esperaba: diseños minimalistas, fluidos, orgánicos. Inspirada en la naturaleza, sus piezas icónicas, como el brazalete Bone, el colgante Open Heart o las delicadas botellas de perfume, redefinieron la relación de las mujeres con las joyas. Ya no eran trofeos para ser admirados, sino piezas para ser vividas.

Ella entendió que las mujeres modernas no querían piezas estáticas, querían algo que las acompañara en su día a día, que las hiciera sentir elegantes sin esfuerzo, empoderadas pero libres. Y les ofreció justo eso: joyas que podían usarse con la misma naturalidad con la que te envuelves en una bufanda o te pones un abrigo.

Elsa Peretti, Tiffany

Tiffany & Co. y el renacer del lujo. Cuando se unió a Tiffany & Co. en 1974, la marca estaba en un momento de transición.

Pero entonces, sus diseños se convirtieron en un fenómeno, aportando el 10% de las ventas de la firma en tan solo un par de años. Su colaboración con Tiffany no solo revitalizó la casa de joyería, sino que marcó una era donde el diseño y la funcionalidad podían coexistir.

Sus joyas eran accesibles, no por su precio, sino por su capacidad de conectar emocionalmente con las mujeres. Cada pieza tenía una historia detrás.

Un legado eterno. Más allá de sus diseños, Elsa Peretti dejó una lección invaluable: el lujo no tiene que ser pretencioso, y la verdadera elegancia reside en la autenticidad. Su trabajo fue un canto a la individualidad, una oda a las mujeres que buscaban su lugar.

Elsa falleció en 2021 en Sant Martí Vell, el pueblo catalán que adoptó como su hogar y donde vivió rodeada de arte y belleza. Pero su legado sigue vivo, no solo en las joyas que creó, sino en la forma en que cambió para siempre nuestra percepción del lujo.

Elsa Peretti no solo diseñó joyas, diseñó una nueva manera de ser mujer, una forma más libre y más auténtica. Y eso, como sus piezas, es algo que nunca pasará de moda.

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