EL CHAMPAGNE O “VINO LOCO” LO CREÓ UN MONJE AL NORESTE DE FRANCIA

Sin saberlo, el monje francés Dom Perignon creó lo que es, a día de hoy y por excelencia, la bebida ligada al lujo y al estatus.

Por Nicolás Fonseca Rivas


El champagne es considerado en la actualidad como la bebida del lujo por excelencia, un vino espumoso elaborado conforme al método champenoise en la región de Champaña, al noreste de Francia. Es un vino blanco o rosado, siempre espumoso, elaborado con una mezcla entre las uvas chardonnay, pinnot meunier, pinot noir, pinot gris, arbanne y petit meslier.

El champagne está protegido por la denominación de origen dentro de la Unión Europea, es por ello que sólo puede producirse en Champaña, región de Francia de la que hablábamos anteriormente. Por regímenes de calidad y estandarización dentro de la Unión Europea, popularmente se utiliza el término champagne para denominar a todos los vinos espumosos elaborados en otras muchas regiones del mundo, entre ellos el cava esapañol o el frizzante italiano, pero nada tienen que ver. Simplemente son una tipología distinta de vino.

Pero, ¿quién creó el famoso champagne?
El vino ha tenido siempre una parte importante dentro de la liturgia cristiana, y en la Biblia hay más de cuatrocientas referencias al vino. Fue la religión quien empujó a esta bebida al lugar donde se encuentra actualmente.

La creación del champagne se le atribuye al monje benedictino Dom Perignon. Este monje no pretendía elaborar un vino espumoso, ni mucho menos, simplemente quiso innovar en su época y elaborar vino blanco a partir de uvas oscuras. Con los años fue perfeccionando la creación de sus vinos litúrgicos, evitaba las pieles de las uvas, mezclaba diferentes vinos, y finalmente consiguió elaborar un gran vino blanco a partir de uvas tintas, pero apareció un problema.

Muchas veces, sobre todo por la forma en la que se almacenaban los vinos de la época, era común que estallaran botellas de vino, debido a que el gas no podía escapar del recipiente y el vidrio del momento era débil. Esto venía encadenado a que el vino que creaba Dom Perignon estaba empezando a tener burbujas, un auténtico problema.
Dom Perignon no se explicaba lo que ocurría, de hecho pasó gran parte de su vida tratando de evitar el problema burbujeante y llamó a ese vino que hoy conocemos por champagne como el “vino loco”. Lo probó y fue corriendo a sus hermanos monjes acuñando la famosa frase: “¡Venid rápido, hermanos! ¡Estoy bebiendo estrellas!”.

Tiempo después, descubrió un vidrio mucho más resistente que resistía la presión de sus burbujas, y un corcho que evitaba todo el problema anterior. Así es como surgió el champagne, que a día de hoy sigue siendo la bebida del lujo por excelencia.


¡Venid rápido, hermanos! ¡Estoy bebiendo estrellas!
-DOM PERIGNON-

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