Una nueva investigación muestra que los escalofríos pueden ser más efectivos que el ejercicio cuando se trata de quemar grasa. Los investigadores demostraron que entre 10 y 15 minutos de escalofríos produjeron el mismo resultado que una hora de ejercicio moderado.
Por Valentina Cicconelli
Una nueva investigación muestra que los escalofríos pueden ser más efectivos que el ejercicio cuando se trata de quemar grasa, lo que aumenta la posibilidad de que las personas que están decididas a perder peso cuenten con un recurso más.
El estudio en cuestión muestra que esta transformación de grasa blanca, grasa de reserva, en grasa parda se puede lograr sin tener acceso a pesas o al ejercicio. La grasa parda es un tipo de tejido graso que esencialmente quema energía en lugar de almacenarla. Al exponer a los voluntarios a temperaturas frías y medir la producción de hormonas asociadas con la activación de la grasa parda, los investigadores demostraron que entre 10 y 15 minutos de escalofríos produjeron el mismo aumento de producción que una hora de ejercicio moderado.
Se han identificado dos hormonas estimuladas por el frío, irisina y FGF21, liberadas por escalofríos musculares y grasa parda, respectivamente. Estas hormonas provocaron un aumento en la tasa de combustión de las células grasas humanas para producir calor.
Además de iluminar acerca de un nuevo posible método de pérdida de peso, estos hallazgos también amplían el conocimiento actual del mecanismo de calentamiento del cuerpo.
Cuando tenemos frío, activamos primero nuestra grasa parda porque quema energía y libera calor para protegernos. Cuando la energía es insuficiente, los músculos se contraen mecánicamente o producen escalofríos, generando calor, pero antes de esta investigación no se sabía cómo se comunican los músculos y la grasa en este proceso.