La sostenibilidad y la ayuda a los talentos emergentes son el santo y seña de este evento, que celebró su decimoctava edición en el imponente Casino Gran Vía de Madrid.
Por Guillermo Domínguez
El Casino Gran Vía de Madrid volvió a vestirse de gala para acoger la XVIII edición de Pasarela Española Desfiles LimeLife, uno de los eventos más consolidados y con mayor personalidad dentro del panorama de la moda nacional. Bajo la dirección de Susan Villa —modelo, periodista y empresaria—, la cita madrileña volvió a demostrar que la moda española tiene mucho que decir cuando se conjugan creatividad, sostenibilidad y compromiso social.
Durante dos intensas jornadas, el glamour y el arte se fusionaron en un espacio donde desfilaron quince diseñadores nacionales e internacionales, todos ellos unidos por una misma filosofía: crear desde la conciencia y el respeto por el entorno. “Apostamos por la moda sostenible, por los jóvenes diseñadores y por la artesanía que mantiene viva la esencia de la moda española”, subrayó Susan Villa en declaraciones a Slocum, que no quiso perderse los desfiles celebrados los pasados días 18 y 19 de octubre en este espléndido palacio que es el Casino Gran Vía.

El programa reunió sobre la pasarela nombres de referencia y nuevos talentos. El 18 de octubre brillaron con luz propia las propuestas de María Lafuente, Moda de Nata, Ian Lombardi y Masago, junto con la joyería artesanal de Laura Márquez y Atelier Selma Jewelry.
El día siguente fue el turno de Toni Fernández, emblema de la moda de ceremonia, acompañado por las diseñadoras nupciales Silvia Marí, Tati Fernández y Lía Novias, además de Tradiciones Isabela, especialistas en mantones de Manila, y los joyeros Ana Barrios, Andrés Padrón y Pedraza Joyería.

Cada colección reflejó la diversidad y la vitalidad de una moda que busca conectar con la sociedad actual sin perder sus raíces. Desde la experimentación textil y el reciclaje creativo hasta la reivindicación de las técnicas tradicionales, Pasarela Española volvió a erigirse como un escaparate del talento nacional y un altavoz de los diseñadores que apuestan por el cambio. La violinista Joy puso el toque musical y emocional a la jornada del sábado, mientras que el broche final del domingo corrió a cargo de la soprano Blanca Ortiz, cuya actuación recordó que la moda, el arte y la música comparten un mismo lenguaje: el de la emoción.
Lejos de ser algo pasajero, la sostenibilidad es un concepto imprescindible de equilibrio que debe marcar nuestras vidas, como quedó demostrado en Pasarela Española. Así lo destaca la propia Susan Villa en Slocum: “Somos una plataforma real para los diseñadores que trabajan de manera responsable, que producen en talleres locales y que defienden el uso de materiales reciclados o de bajo impacto ambiental”.

Ese compromiso se traduce no solo en los tejidos o procesos, sino también en la filosofía del evento: una pasarela que no busca el espectáculo vacío, sino dar visibilidad a la moda con alma. Cada edición reafirma esa misión, convirtiendo el Casino Gran Vía en un punto de encuentro entre creadores, empresarios y amantes del diseño con conciencia. Así, “la moda debe ser una herramienta de cambio, de educación y de esperanza, especialmente entre los jóvenes”, como destacó Villa. Y es precisamente esa dimensión pedagógica la que diferencia a Pasarela Española: un espacio de aprendizaje, colaboración y crecimiento profesional.
En esta edición, la pasarela contó con dos nombres icónicos que representan el equilibrio perfecto entre tradición e innovación como son los de María Lafuente y Toni Fernández. Pionera en el diseño sostenible, María presentó una colección donde arte, naturaleza y poesía se entrelazan en cada prenda. Su propuesta reivindica un modo de vestir ético y emocional, en el que la mujer contemporánea abraza la belleza sin renunciar al planeta.

Por su parte, Toni Fernández encarnó la elegancia atemporal. Más de medio siglo de oficio avala a este diseñador madrileño, gitano y empresario hecho a sí mismo, heredero de una tradición familiar que sigue apostando por la excelencia artesanal. Con su firma, Fernández demostró que la alta costura sigue viva cuando se confecciona con amor y respeto por la historia. Ambos fueron calificados por la organización como “embajadores de lujo” de una edición que quiso rendir homenaje a la diversidad de estilos y a la permanencia del oficio en tiempos de cambio.

La XVIII edición de Pasarela Española también quiso reconocer la trayectoria de figuras relevantes del mundo artístico. En esta ocasión, el Premio a la Trayectoria Profesional recayó en Rosario Mohedano, artista polifacética que ha cultivado una carrera sólida en la música y la televisión durante más de dos décadas. El galardón fue entregado como símbolo de admiración hacia una mujer que, como la propia pasarela, ha sabido reinventarse sin perder su autenticidad. Su presencia aportó un toque de emoción y nostalgia a una cita que también busca celebrar la cultura española en su conjunto.
Y es que, desde su creación en 2016, Pasarela Española ha consolidado su papel como plataforma de impulso para jóvenes diseñadores, ofreciendo visibilidad y oportunidades en un entorno competitivo. Más allá de los focos, el proyecto promueve la cooperación entre firmas, la conexión con el sector empresarial y la apertura a mercados internacionales. La edición de octubre ha reafirmado esa visión: moda, arte y belleza como motores de transformación social. La presencia de firmas internacionales, la apuesta por la inclusión y la igualdad, y la constante atención al detalle hicieron de esta convocatoria una experiencia completa y coherente con los valores de la organización.

Al frente de todo este engranaje está Susan Villa, alma y motor de la pasarela. Su trayectoria como modelo, periodista y empresaria le ha permitido dotar al evento de una identidad única, en la que convergen estética, comunicación y propósito. Villa no solo coordina una plataforma de moda, sino que inspira a una comunidad creativa que crece edición tras edición. Bajo su dirección, Pasarela Española se ha transformado en un referente de la moda sostenible en España, con eco mediático creciente y reconocimiento internacional.

En palabras de la directora, “hacemos una dura labor pero bastante gratificante porque queremos ayudar a esos jóvenes diseñadores emergentes y también a la moda sostenible”. “Tenemos muchos diseñadores de renombre que nos han ayudado, como Petro Valverde, Agatha Ruiz de la Prada o Maison Mesa, que han puesto toda la carne en el asador para ayudar a estos jóvenes diseñadores a que salgan adelante», dice Susan Villa, perfectamente consciente de la feroz competencia que hay en el mundo de la moda.
“Queremos seguir apostando por lo auténtico, por la belleza que transforma y por un futuro en el que la moda sea parte de la solución, no del problema”, dice la empresaria, cuya visión ha convertido Pasarela Española en un ejemplo de gestión cultural y responsabilidad social, demostrando que la moda puede -y debe- tener conciencia hacia un mundo más bello y más justo, aunque la realidad hoy en día se empeñe en decirnos todo lo contrario.




