TIPS A TENER EN CUENTA A LA HORA DE CUIDAR NUESTRA CAMA

Dormir es una de las actividades que más practicamos a lo largo de la vida. Es fundamental prestar atención al cuidado de nuestra cama.

Por Joana Cachoeira Machado


Una semana es el plazo máximo de tiempo a partir del cual la ropa de cama debe lavarse.  Al igual de lo que ocurre con las toallas, en la superficie de las sabanas y de las fundas de las almohadas, se acumulan residuos de piel seca, pelo y diversos fluidos corporales, empezando por el sudor. Todo ser humano suele pasar un tercio de su vida en la cama, más o menos ocho horas cada día. Y, aunque a menudo las sábanas nos parezcan limpias, en realidad no es así. Por lo tanto, es mejor no dejarse llevar por la pereza. Entre otras cosas porque, además de los residuos producidos naturalmente por el cuerpo, hay otros factores externos que deberían incitarnos a lavar y cambiar nuestras sábanas. En ellas se esconden diminutas partículas de polvo que viajan por el aire de nuestras habitaciones, trayendo consigo, en algunos casos, ácaros: esto puede ser un problema para las personas alérgicas. Por no hablar de que algunas personas tienen la mala costumbre de apoyar encima de la cama la ropa con la que salió de casa, en cuyo tejido se esconden sustancias mucho peores que los fluidos corporales.

¿A qué temperatura lavar sábanas y fundas de almohada? Un capítulo aparte es el de cómo lavar. En general, se recomienda proceder a bajas temperaturas, para evitar que las sábanas se estropeen cada vez más con cada ciclo de lavado. Sin embargo, a veces, puede ser necesario programar nuestra lavadora con temperaturas más altas. Lo mismo se aplica si se observa la presencia de ácaros del polvo y otros factores que puedan irritar la piel o desencadenar molestas alergias. Como con cualquier tejido, también hay que tener en cuenta las instrucciones de lavado: siempre es mejor leer la etiqueta con las instrucciones especiales sobre cómo y a qué temperatura para cada caso. Otra buena práctica es aclarar la ropa nada más comprarla antes de usarla, para eliminar cualquier sustancia que utilicen los fabricantes para mantenerla lisa y sin arrugas: éstas también corren el riesgo de provocar alergias en personas predispuestas.

¿Puedo utilizar suavizante? Hay opiniones divergentes sobre el uso de suavizante para fundas de almohada y sábanas. Muchos recomiendan utilizarlo si el objetivo es contar con sabanas sin arrugas. Por otra parte, también por sus propiedades desinfectantes, hay quien no desdeña el lavado con un poco de vinagre. Sin embargo, no todo el mundo es de la misma opinión. O mejor dicho: un uso exagerado y repetido de suavizante -sobre todo si es particularmente agresivo- podría llegar a privar a las sábanas de su capacidad de transpiración. ¿Un buen compromiso? No añadir siempre suavizante, sino sólo de vez en cuando.

Puede ocurrir que las sábanas necesiten una terapia de choque en caso de manchas difíciles de quitar. Para deshacerse de esas manchas (maquillaje, sangre, tinte para el pelo, café, etc.) es recomendable utilizar quitamanchas genéricos, como los diseñados para camisas y camisetas. Hay que dejarlos actuar unos minutos sobre la zona manchada y luego proceder al lavado clásico (a veces también es bueno dejar los tejidos un rato en agua fría), repitiendo eventualmente los mismos pasos si la mancha sigue presente. En el caso de manchas de grasa, también ayuda el detergente para lavar las vajillas. Los que prefieran métodos más naturales pueden probar con bicarbonato sódico. Cuidado con el amoniaco, que debe utilizarse con moderación y sólo en caso de ropa blanca.

Pasamos al colchón. Ante todo, es fundamental ventilar biennuestras habitaciones, por lo menos una vez al día y durante más de 5 minutos. Esto garantizará que nuestros colchones estén bien aireados y por lo tanto más limpios.

Si has comprado un colchón nuevo, sácalo de la bolsa y deja que se airee durante unas horas. De esa forma desaparecerán todos aquellos olores adquiridos por el producto en la fase de fabricación.

Para alargar la vida de tu colchón, lo mejor es adquirir una funda protectora en el momento de comprarlo. Los protectores deben ser de buena calidad, posiblemente 100% de algodón. Lo que aportarán será comodidad y una correcta transpiración.

También es importante, de vez en cuando, girar nuestro colchón. Si el colchón dispone solamente de una cara útil, es recomendable girarlo de los pies a la cabeza. Llevar a cabo esta operación cada tres meses, alargará la vida del producto.

Para cuidar tu colchón de la mejor forma, presta mucha atención a su limpieza. Es fundamental impedir que se acumule una gran cantidad de polvo y los temidos ácaros. Procura que las sábanas estén siempre limpias y pasa la aspiradora por todo el colchón por lo menos una vez al mes. Si quieres limpiar tu colchón más a fondo, utiliza vaporizadores. En ese caso, es importante no llegar a humedecer demasiado la superficie y evita utilizar productos de limpieza químicos.

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